Consecuencias de las elecciones europeas: ¿está en declive la idea europeísta?
Consecuencias de las elecciones europeas: ¿está en declive la idea europeísta?
Sputnik Mundo
La fuerte abstención y el gran avance de la derecha son signos de una desafección cada vez mayor al proyecto europeo, explican los politólogos consultados por... 11.06.2024, Sputnik Mundo
Las elecciones al Europarlamento arrojan datos incontestables y también diferentes lecturas. La derecha avanza de forma clara. Sus victorias en Austria y en Francia, donde Emmanuel Macron ha ordenado disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas, han sido impactantes. También ha vencido en Italia y Hungría. Y es ya la segunda fuerza en Alemania, donde lo más llamativo no es la victoria de los conservadores, sino la caída de los partidos de la coalición de gobierno que encabeza el socialdemócrata Olaf Scholz, quien por el momento descarta un adelanto electoral en su país.La socialdemocracia se mantiene como segunda fuerza a nivel europeo y con 135 escaños (pierde 19) es el segundo grupo de la cámara tras los demócrata-cristianos del Partido Popular Europeo (186, gana cuatro). En realidad, son los partidos verdes y liberales los que han sufrido el mayor golpe; el grupo Verdes-Alianza Libre Europea queda con 53 diputados (ha perdido 21) y Renew Europe con 79 (pierde 29). Los dos grupos de derecha –Conservadores y Reformistas Europeos e Identidad y Democracia– alcanzan 131 escaños (73 y 58, respectivamente). El grupo de La Izquierda pierde cinco y se limita a 36.Aun con estos números, las instituciones europeas podrían seguir rigiéndose con la coalición flexible de populares, socialistas, liberales e incluso verdes, como venía ocurriendo desde 2019. Pero queda por ver si la Comisión y el Partido Popular Europeo abren la posibilidad de acuerdos con la derecha, dado su avance. De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, habló en un principio de no descartar pactos con el partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, si bien posteriormente habló de levantar "un bastión contra los extremos, de izquierda y derecha".La abstención y el desapegoLa participación electoral media en la UE rondó el 51%, pero las diferencias entre países son abismales. Alemania muestra el porcentaje más alto (64,8%) y Croacia el más bajo (21,3%). Francia estuvo en la media (51,5%), pero muchos países no llegaron a ella.España se dejó 11 puntos respecto a 2019 y se quedó en el 49,2%, apenas un punto más que Italia (48,3%). En Grecia, solo acudió a votar el 41,4% y en Portugal el 36,5%. La abstención fue aún mas alta en Europa Central y la zona del Báltico: Chequia (36,4%), Eslovaquia (34,4%), Bulgaria (31,8%), Polonia (40,65%), Finlandia (40,4%), Letonia (33,8%), Estonia (37,7%) y Lituania (28,3%) dan una idea de la tónica general."Porque en definitiva, entre Le Pen y Meloni hay diferencias. Las dos son soberanistas, las dos piden la prevalencia de la legislación nacional sobre la europea. Si cada vez hay más votos para que sea la legislación nacional la que prevalezca, significa que se está abandonando la idea de una Europa federal para ir a una Europa confederal. Es la vieja idea de De Gaulle, si tiene que haber una Europa, que sea confederal", sostiene.Según este politólogo, una diferencia estriba en el modo en que han enfocado el conflicto en Ucrania. "Meloni ha jugado la carta de la presidenta de la Comisión, diciendo que es antirrusa y pro-OTAN. Pero es difícil saber si lo piensa realmente o no. Hay gente favorable a la guerra en Ucrania porque pensaban que les iba a reportar votos, pero no son favorables", afirma, señalando el caso francés."En Francia, que siempre ha sido un aliado histórico de Rusia, las manifestaciones contra el belicismo de Macron son cada vez mayores", asegura Verstrynge.La idea europea "le queda lejos" a los españoles, sostiene, a lo cual también contribuye la permanente brega entre el PP y el PSOE, que concita toda la atención. Los primeros obtuvieron la victoria con 22 escaños y el 34,2% de los votos frente a los segundos (20 y un 30,2%).El momento puede también entenderse como una crisis del sistema que imbrica a la OTAN en la Europa federal que representa la UE. Es un escenario donde se recuperan planteamientos anteriores a 1945, indica Verstrynge, que destaca la supresión de posturas anticomunistas y antisemitas en el seno del partido de Marine Le Pen. "Pero también reivindica muchas de las cosas que reivindicaba el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial", matiza.También, los buenos resultados de los partidos de derecha se han producido en países cuyos gobiernos abogan por escalar e involucrarse en el conflicto que se libra en Ucrania, como es el caso de Francia y Alemania. "El castigo a los belicistas es muy fuerte y los resultados para el Gobierno alemán son terroríficos", señala Verstrynge, que afirma que Europa está viviendo una "desafección creciente" a una UE "vendida a la OTAN".La izquierda, tocadaLos resultados de los partidos a la izquierda de la socialdemocracia no han sido buenos. En España, Podemos (dos escaños, 3,3% de los votos) y Sumar (tres, 4,7%) han quedado reducidos casi a la mínima expresión. Los primeros han sido incluso superados por el debutante Se Acabó la Fiesta (SALF), una agrupación de electores liderada por el agitador ultra Alvise Pérez, que ha logrado tres actas de diputado y el 4,6%.El resultado de Sumar ha provocado la dimisión inmediata de su líder, Yolanda Díaz, quien no obstante continúa en el cargo de ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda. "A veces es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante", manifestó al respecto en la red X.En España, además, los comicios fueron planteados por el opositor Partido Popular (PP) como una suerte de plebiscito contra el PSOE y Pedro Sánchez, recuerda Ferri, que alude a una situación de "peros adversativos" para describir la victoria del PP sobre los socialistas."El PP gana en España, pero con una mayoría insuficiente y, además, quebrándose el bloque de la derecha", plantea, e indica que la irrupción de SALF atomiza y dificulta el liderazgo del PP en el campo de la derecha española, donde Vox, que mejoró sus resultados (seis escaños y el 9,6%), ya no es el único partido de derecha con representación."A los españoles les importa muy poco. Y a los que no, saben perfectamente que el tema ucraniano es bastante más complicado que lo que les cuentan los medios favorables al Gobierno y a la oposición. Así que lo de la abstención en España es normal", asegura.¿Un voto de protesta?El carácter populista de la derecha en auge es claro y contiene un matiz de protesta o de impugnación de un estado del bienestar menguante."Hay gente que se siente desatendida por las élites políticas y económicas. Eso explica que en esas candidaturas pueda haber un sentido obrero, que haya trabajadores que les voten", explica Ferri, que niega que el auge del voto de la derecha atienda a una deriva "exclusivamente conservadora y reaccionaria".Calibrar el populismo de estas opciones políticas "es complicado", añade Verstrynge, que expone el caso paradigmático de Francia, donde los obreros podían ser comunistas, "pero votaban con la mano en el corazón por De Gaulle". "Ahora votan por Le Pen porque su programa es una copia del gaullismo. Y el gaullismo fue una especie de comunismo nacional, como se dijo en su momento", apunta.La intervención de la economía fue una de las características del histórico presidente francés, "que tenía un sentido de la realidad nacional que Macron no tiene", resalta Verstrynge. A su juicio, la dimensión obrerista de algunos partidos de derecha no es extraña. "Porque el inventor de la negociación colectiva entre trabajadores, sindicatos y empresas en los años 30 en Europa tiene nombre y apellidos: Benito Mussolini", recuerda.En España, la aparición de SELF, cuyo líder está encausado por difundir información falsa sobre el exministro de Sanidad, Salvador Illa, añade una vuelta de tuerca más al espectro ultraderechista dominado por Vox. Ninguno de los dos tienen una dimensión obrerista."La dimensión es la de la deriva de las fake news, los bulos y la distorsión de la realidad", subraya Ferri, que recuerda que el sistema electoral "proporcional puro" de los comicios al Europarlamento propicia la aparición de partidos sin prácticamente ningún programa electoral más allá de declaraciones altisonantes.Ya sucedió en 1989, cuando la Agrupación Ruíz-Mateos, liderada por el empresario José María Ruíz-Mateos, obtuvo representación en el Europarlamento aun cuando su líder estaba en busca y captura por haber propinado un puñetazo un mes antes al exministro de Economía, Miguel Boyer.Futuro inciertoFerri entiende que en la ciencia política, para entender el sentido de las cosas, "normalmente hay que mirar a otro lado". En este sentido, el contexto internacional marcado por la tensión en el este de Europa y Oriente Medio define apoyos políticos que no terminan de explicar por sí mismos el resultado electoral de algunos partidos. El apoyo cerrado de Vox al Gobierno de Benjamín Netanyahu no ha erosionado su respaldo, ni lo ha mejorado sensiblemente, pues su ganancia de dos diputados no es llamativa. De otro lado, no parece probable que el reconocimiento del Estado palestino sea la causa de que el PSOE se haya visto superado por el PP y que su socio Sumar se haya desplomado, tal y como pretende hacer ver el ministro de Exteriores israeli, Israel Katz, con palabras muy gruesas en un controvertido mensaje publicado en su cuenta personal en la red X.La lógica del favor o el repudio electoral en función del apoyo a la escalada en Ucrania o a una solución de paz tampoco termina de perfilarse con exactitud, estima Ferri. "Aunque es posible que los Verdes europeos hayan sufrido un voto de castigo por belicistas. Pero Podemos en España quiere una conferencia de paz y eso no le ha hecho ganar más votos. Los votos que ha ganado se deben a otra serie de fórmulas de contestación, incluido el hecho de no formar parte ya del Gobierno de España", matiza.En su análisis para el caso de España, Jaime Ferri entiende que la derecha es la vencedora de la contienda electoral, pero lo hace "fragmentada y con muy poca ventaja respecto a la izquierda y los plurinacionalistas". Resta por ver si el "hostigamiento cruento" contra el Gobierno de coalición, y contra Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez continuará con la misma intensidad.Los independentistas catalanes han perdido votos en las elecciones europeas, aunque una repetición electoral en la región es posible. La continuidad del Gobierno español también dependerá de acciones concretas, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, atascada desde hace años por el bloqueo del PP. "A Sánchez no le quedará más remedio que cambiar la ley para renovarlo con otra mayoría", concluye Jaime Ferri.
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Consecuencias de las elecciones europeas: ¿está en declive la idea europeísta?
La fuerte abstención y el gran avance de la derecha son signos de una desafección cada vez mayor al proyecto europeo, explican los politólogos consultados por Sputnik. Pero conservadores, socialdemócratas y liberales podrán formar un bloque europeísta en Bruselas. La derecha española vence, aunque fragmentada y con "peros adversativos".
Las elecciones al Europarlamento arrojan datos incontestables y también diferentes lecturas. La derecha avanza de forma clara.
Sus victorias en Austria y en Francia, donde Emmanuel Macron ha ordenado disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas, han sido impactantes. También ha vencido en Italia y Hungría. Y es ya la segunda fuerza en Alemania, donde lo más llamativo no es la victoria de los conservadores, sino la caída de los partidos de la coalición de gobierno que encabeza el socialdemócrata Olaf Scholz, quien por el momento descarta un adelanto electoral en su país.
La socialdemocracia se mantiene como segunda fuerza a nivel europeo y con 135 escaños (pierde 19) es el segundo grupo de la cámara tras los demócrata-cristianos del Partido Popular Europeo (186, gana cuatro). En realidad, son los partidos verdes y liberales los que han sufrido el mayor golpe; el grupo Verdes-Alianza Libre Europea queda con 53 diputados (ha perdido 21) y Renew Europe con 79 (pierde 29). Los dos grupos de derecha –Conservadores y Reformistas Europeos e Identidad y Democracia– alcanzan 131 escaños (73 y 58, respectivamente). El grupo de La Izquierda pierde cinco y se limita a 36.
Aun con estos números, las instituciones europeas podrían seguir rigiéndose con la coalición flexible de populares, socialistas, liberales e incluso verdes, como venía ocurriendo desde 2019. Pero queda por ver si la Comisión y el Partido Popular Europeo abren la posibilidad de acuerdos con la derecha, dado su avance. De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, habló en un principio de no descartar pactos con el partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, si bien posteriormente habló de levantar "un bastión contra los extremos, de izquierda y derecha".
La abstención y el desapego
La participación electoral media en la UE rondó el 51%, pero las diferencias entre países son abismales. Alemania muestra el porcentaje más alto (64,8%) y Croacia el más bajo (21,3%). Francia estuvo en la media (51,5%), pero muchos países no llegaron a ella.
España se dejó 11 puntos respecto a 2019 y se quedó en el 49,2%, apenas un punto más que Italia (48,3%). En Grecia, solo acudió a votar el 41,4% y en Portugal el 36,5%. La abstención fue aún mas alta en Europa Central y la zona del Báltico: Chequia (36,4%), Eslovaquia (34,4%), Bulgaria (31,8%), Polonia (40,65%), Finlandia (40,4%), Letonia (33,8%), Estonia (37,7%) y Lituania (28,3%) dan una idea de la tónica general.
"El principal ganador es la abstención. Y eso demuestra un continuo desapego hacia la llamada idea europea", explica a Sputnik el politólogo y autor francoespañol Jorge Verstrynge, que entiende el avance de los partidos de extrema derecha, que califica de "soberanistas", también como una manifestación de ese desapego.
"Porque en definitiva, entre Le Pen y Meloni hay diferencias. Las dos son soberanistas, las dos piden la prevalencia de la legislación nacional sobre la europea. Si cada vez hay más votos para que sea la legislación nacional la que prevalezca, significa que se está abandonando la idea de una Europa federal para ir a una Europa confederal. Es la vieja idea de De Gaulle, si tiene que haber una Europa, que sea confederal", sostiene.
Según este politólogo, una diferencia estriba en el modo en que han enfocado el conflicto en Ucrania. "Meloni ha jugado la carta de la presidenta de la Comisión, diciendo que es antirrusa y pro-OTAN. Pero es difícil saber si lo piensa realmente o no. Hay gente favorable a la guerra en Ucrania porque pensaban que les iba a reportar votos, pero no son favorables", afirma, señalando el caso francés.
"En Francia, que siempre ha sido un aliado histórico de Rusia, las manifestaciones contra el belicismo de Macron son cada vez mayores", asegura Verstrynge.
La idea europea "le queda lejos" a los españoles, sostiene, a lo cual también contribuye la permanente brega entre el PP y el PSOE, que concita toda la atención. Los primeros obtuvieron la victoria con 22 escaños y el 34,2% de los votos frente a los segundos (20 y un 30,2%).
El momento puede también entenderse como una crisis del sistema que imbrica a la OTAN en la Europa federal que representa la UE. Es un escenario donde se recuperan planteamientos anteriores a 1945, indica Verstrynge, que destaca la supresión de posturas anticomunistas y antisemitas en el seno del partido de Marine Le Pen. "Pero también reivindica muchas de las cosas que reivindicaba el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial", matiza.
Curiosamente, la derecha retrocede allá donde su adhesión a políticas belicistas es clara. Como en Suecia y Finlandia, por ejemplo. En Suecia, además, es un apoyo externo del Gobierno.
También, los buenos resultados de los partidos de derecha se han producido en países cuyos gobiernos abogan por escalar e involucrarse en el conflicto que se libra en Ucrania, como es el caso de Francia y Alemania. "El castigo a los belicistas es muy fuerte y los resultados para el Gobierno alemán son terroríficos", señala Verstrynge, que afirma que Europa está viviendo una "desafección creciente" a una UE "vendida a la OTAN".
La izquierda, tocada
Los resultados de los partidos a la izquierda de la socialdemocracia no han sido buenos. En España, Podemos (dos escaños, 3,3% de los votos) y Sumar (tres, 4,7%) han quedado reducidos casi a la mínima expresión. Los primeros han sido incluso superados por el debutante Se Acabó la Fiesta (SALF), una agrupación de electores liderada por el agitador ultra Alvise Pérez, que ha logrado tres actas de diputado y el 4,6%.
El resultado de Sumar ha provocado la dimisión inmediata de su líder, Yolanda Díaz, quien no obstante continúa en el cargo de ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda. "A veces es necesario dar un paso a un lado para dar un paso adelante", manifestó al respecto en la red X.
"La izquierda tiene un futuro complicado, porque sus políticas no se aplican. Tanto entre países como dentro de los propios países", explica a Sputnik, Jaime Ferri, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), para quien esta circunstancia es la base de la "desafección a los partidos socialdemócratas e izquierdistas en general" entre los votantes tradicionales de izquierda.
En España, además, los comicios fueron planteados por el opositor Partido Popular (PP) como una suerte de plebiscito contra el PSOE y Pedro Sánchez, recuerda Ferri, que alude a una situación de "peros adversativos" para describir la victoria del PP sobre los socialistas.
"El PP gana en España, pero con una mayoría insuficiente y, además, quebrándose el bloque de la derecha", plantea, e indica que la irrupción de SALF atomiza y dificulta el liderazgo del PP en el campo de la derecha española, donde Vox, que mejoró sus resultados (seis escaños y el 9,6%), ya no es el único partido de derecha con representación.
"La izquierda en España ha quedado pulverizada y el Partido Socialista, tocado", añade Verstrynge, que cree que la "bronca permanente" entre PP y PSOE contribuye a alejar la dimensión europea de la política de la opinión pública española, a la que el conflicto ucraniano tampoco atrae su atención.
"A los españoles les importa muy poco. Y a los que no, saben perfectamente que el tema ucraniano es bastante más complicado que lo que les cuentan los medios favorables al Gobierno y a la oposición. Así que lo de la abstención en España es normal", asegura.
¿Un voto de protesta?
El carácter populista de la derecha en auge es claro y contiene un matiz de protesta o de impugnación de un estado del bienestar menguante.
"Hay gente que se siente desatendida por las élites políticas y económicas. Eso explica que en esas candidaturas pueda haber un sentido obrero, que haya trabajadores que les voten", explica Ferri, que niega que el auge del voto de la derecha atienda a una deriva "exclusivamente conservadora y reaccionaria".
Calibrar el populismo de estas opciones políticas "es complicado", añade Verstrynge, que expone el caso paradigmático de Francia, donde los obreros podían ser comunistas, "pero votaban con la mano en el corazón por De Gaulle". "Ahora votan por Le Pen porque su programa es una copia del gaullismo. Y el gaullismo fue una especie de comunismo nacional, como se dijo en su momento", apunta.
La intervención de la economía fue una de las características del histórico presidente francés, "que tenía un sentido de la realidad nacional que Macron no tiene", resalta Verstrynge. A su juicio, la dimensión obrerista de algunos partidos de derecha no es extraña. "Porque el inventor de la negociación colectiva entre trabajadores, sindicatos y empresas en los años 30 en Europa tiene nombre y apellidos: Benito Mussolini", recuerda.
En España, la aparición de SELF, cuyo líder está encausado por difundir información falsa sobre el exministro de Sanidad, Salvador Illa, añade una vuelta de tuerca más al espectro ultraderechista dominado por Vox. Ninguno de los dos tienen una dimensión obrerista.
"La dimensión es la de la deriva de las fake news, los bulos y la distorsión de la realidad", subraya Ferri, que recuerda que el sistema electoral "proporcional puro" de los comicios al Europarlamento propicia la aparición de partidos sin prácticamente ningún programa electoral más allá de declaraciones altisonantes.
Ya sucedió en 1989, cuando la Agrupación Ruíz-Mateos, liderada por el empresario José María Ruíz-Mateos, obtuvo representación en el Europarlamento aun cuando su líder estaba en busca y captura por haber propinado un puñetazo un mes antes al exministro de Economía, Miguel Boyer.
Futuro incierto
Ferri entiende que en la ciencia política, para entender el sentido de las cosas, "normalmente hay que mirar a otro lado". En este sentido, el contexto internacional marcado por la tensión en el este de Europa y Oriente Medio define apoyos políticos que no terminan de explicar por sí mismos el resultado electoral de algunos partidos.
El apoyo cerrado de Vox al Gobierno de Benjamín Netanyahu no ha erosionado su respaldo, ni lo ha mejorado sensiblemente, pues su ganancia de dos diputados no es llamativa. De otro lado, no parece probable que el reconocimiento del Estado palestino sea la causa de que el PSOE se haya visto superado por el PP y que su socio Sumar se haya desplomado, tal y como pretende hacer ver el ministro de Exteriores israeli, Israel Katz, con palabras muy gruesas en un controvertido mensaje publicado en su cuenta personal en la red X.
Los españoles han castigado a la coalición de @sanchezcastejon y @Yolanda_Diaz_ con una contundente derrota en las elecciones.
— ישראל כ”ץ Israel Katz (@Israel_katz) June 10, 2024
La lógica del favor o el repudio electoral en función del apoyo a la escalada en Ucrania o a una solución de paz tampoco termina de perfilarse con exactitud, estima Ferri. "Aunque es posible que los Verdes europeos hayan sufrido un voto de castigo por belicistas. Pero Podemos en España quiere una conferencia de paz y eso no le ha hecho ganar más votos. Los votos que ha ganado se deben a otra serie de fórmulas de contestación, incluido el hecho de no formar parte ya del Gobierno de España", matiza.
En su análisis para el caso de España, Jaime Ferri entiende que la derecha es la vencedora de la contienda electoral, pero lo hace "fragmentada y con muy poca ventaja respecto a la izquierda y los plurinacionalistas". Resta por ver si el "hostigamiento cruento" contra el Gobierno de coalición, y contra Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez continuará con la misma intensidad.
"En España, la clave del futuro está en el Parlamento de Cataluña. Va a ser determinante", afirma.
Los independentistas catalanes han perdido votos en las elecciones europeas, aunque una repetición electoral en la región es posible. La continuidad del Gobierno español también dependerá de acciones concretas, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, atascada desde hace años por el bloqueo del PP. "A Sánchez no le quedará más remedio que cambiar la ley para renovarlo con otra mayoría", concluye Jaime Ferri.
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