El MAS de Bolivia en el límite: arregla sus conflictos internos o pierde la personería jurídica
El MAS de Bolivia en el límite: arregla sus conflictos internos o pierde la personería jurídica
Sputnik Mundo
El partido en el Gobierno de Bolivia enfrenta divisiones internas que no dejan de pronunciarse. Ante la imposibilidad de elegir una nueva directiva, así como... 29.05.2024, Sputnik Mundo
El conflicto interno en el Movimiento Al Socialismo (MAS) se vuelve más complejo con cada día que pasa. Sin la posibilidad de reconciliarse a la vista, no hay diálogo entre los sectores que responden, por un lado, al expresidente Evo Morales y, por otro, al presidente Luis Arce. Los bandos enfrentados solamente comparten una preocupación: la de perder la sigla del partido —es decir, la personal jurídica del grupo político— ante la falta de acuerdo sobre la nueva dirigencia nacional. Sputnik consultó a ambos lados para conocer el futuro del movimiento más grande en la historia del país.De esta manera, Morales sigue siendo presidente del partido, como lo es desde 2017. Según los estatutos del MAS, cada dos años deberían rotar las autoridades. Pero el golpe de Estado de 2019, sumado al Gobierno de facto y la pandemia de 2020, impidieron el normal desarrollo de la vida orgánica del Instituto Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP). Así es el nombre completo del partido: MAS-IPSP.En la campaña para las elecciones de 2020, Morales acompañó a Arce. Cuando asumió el actual mandatario, se notó un paulatino distanciamiento entre ambos líderes. El punto de quiebre llegó en octubre de 2020, cuando se realizó el X Congreso partidario en la población de Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba (centro), bastión político del primer presidente indígena de Bolivia.En ese concilio se eligió una nueva directiva, con Morales otra vez a la cabeza. También lo proclamaron candidato a presidente para las elecciones de 2025. En esa ocasión, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) impugnó el encuentro, porque no habían participado las dirigencias de las organizaciones indígenas campesinas del Pacto de Unidad, consideradas las fundadoras del instrumento político.Morales convocó a un "Congreso de unidad", el próximo 10 de julio en la ciudad de Villa Tunari, en el Trópico cochabambino. Pero Humberto Claros, uno de los dirigentes más cercanos al expresidente, dijo a Sputnik que por "unidad" se refieren a la aceptación de los delegados y otros integrantes del partido que se habían ido con Arce, pero ahora quieren volver a la égida del todavía presidente del MAS.Aseguró que ni Arce ni Choquehuanca serán invitados al próximo Congreso. No es necesario, según los estatutos del MAS y las resoluciones del TSE. Quienes sí deben estar son los integrantes de la Dirección Nacional, así como los delegados de todo el país. Estos últimos fueron los que faltaron al X Congreso de Lauca Ñ.Según el TSE, en el X Congreso de El Alto faltó la Dirección Nacional, con Morales a la cabeza.Para el próximo Congreso, que por tercera vez sería el X, en el lado de Morales esperan convencer a los delegados de cada región. Pero varios de ellos se muestran firmes al lado de Arce. Por lo cual, posiblemente otra vez el TSE invalidará el encuentro, si no se sellan todas las fugas legales.El mal mayor: la eliminación de la siglaSegún el analista Gabriel Campero, es importante alcanzar ese complicado Congreso de la Unidad para llegar a acuerdos entre ambos sectores y así evitar la eliminación de la sigla por parte del TSE. Sería la máxima pena en caso de que no se resuelva la crisis interna del MAS-IPSP.Tanto los sectores sociales que siguen a Morales, como los que están con Arce, sostuvieron que recurrirán a medidas de presión en la vía pública si el TSE no satisface sus opuestos pedidos.Campero recordó que de acuerdo con los estatutos del MAS se deben renovar dirigencias cada dos años, lo cual tendría que haber ocurrido en 2019: "El TSE, en cumplimiento de dicho estatuto, debería imponer sanciones a los infractores, que son los integrantes de la dirigencia que sigue hoy".Hasta el momento, el MAS tiene una amonestación por parte del TSE. Si llega a las tres sanciones sería legal disolver el partido que gobernó democráticamente el país desde 2006. El notable cambio social que generó este partido en Bolivia se nota con datos concretos, como el nivel de los salarios.Cuando llegó Morales al Palacio Quemado, en 2006, el sueldo mínimo era de 500 pesos bolivianos (Bs.), equivalentes a 63 dólares. En 2024, con Arce en la presidencia, llega a 362 dólares, es decir, 2.500 Bs.La amenaza exteriorMientras dentro del MAS se pelean, la tradicional oposición boliviana se reunió en Washington, Estados Unidos, para acordar un candidato común para las elecciones presidenciales (y legislativas) de 2025.Según Claros, la derecha boliviana solamente puede aspirar a un tercer puesto en las próximas elecciones. Ahora toca definir quién ocupará los dos primeros puestos: si el MAS que sigue al expresidente Morales o al presidente Arce.Claros, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) aliada a Morales, sostuvo que "la derecha actúa en coherencia con su programa de Gobierno. Sus alianzas siempre se han construido en EE.UU. Pero la derecha boliviana ni siquiera en las encuestas aparece. Su papel es muy nefasto. Quisiéramos, al menos, una derecha que tenga algún sentimiento de nacionalismo y patriotismo".
El partido en el Gobierno de Bolivia enfrenta divisiones internas que no dejan de pronunciarse. Ante la imposibilidad de elegir una nueva directiva, así como un candidato presidencial para las elecciones de 2025, podría recibir graves sanciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El conflicto interno en el Movimiento Al Socialismo (MAS) se vuelve más complejo con cada día que pasa. Sin la posibilidad de reconciliarse a la vista, no hay diálogo entre los sectores que responden, por un lado, al expresidente Evo Morales y, por otro, al presidente Luis Arce. Los bandos enfrentados solamente comparten una preocupación: la de perder la sigla del partido —es decir, la personal jurídica del grupo político— ante la falta de acuerdo sobre la nueva dirigencia nacional. Sputnik consultó a ambos lados para conocer el futuro del movimiento más grande en la historia del país.
De esta manera, Morales sigue siendo presidente del partido, como lo es desde 2017. Según los estatutos del MAS, cada dos años deberían rotar las autoridades. Pero el golpe de Estado de 2019, sumado al Gobierno de facto y la pandemia de 2020, impidieron el normal desarrollo de la vida orgánica del Instituto Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP). Así es el nombre completo del partido: MAS-IPSP.
En la campaña para las elecciones de 2020, Morales acompañó a Arce. Cuando asumió el actual mandatario, se notó un paulatino distanciamiento entre ambos líderes. El punto de quiebre llegó en octubre de 2020, cuando se realizó el X Congreso partidario en la población de Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba (centro), bastión político del primer presidente indígena de Bolivia.
En ese concilio se eligió una nueva directiva, con Morales otra vez a la cabeza. También lo proclamaron candidato a presidente para las elecciones de 2025. En esa ocasión, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) impugnó el encuentro, porque no habían participado las dirigencias de las organizaciones indígenas campesinas del Pacto de Unidad, consideradas las fundadoras del instrumento político.
Los pasados 3, 4 y 5 de mayo se realizó en la ciudad de El Alto, La Paz, nuevamente el X Congreso del MAS, en esa ocasión con las dirigencias del Pacto de Unidad, aliadas al Gobierno de Luis Arce, quien fue el principal orador en la apertura de este encuentro, junto al vicepresidente David Choquehuanca. Pero el TSE también invalidó este concilio, por la ausencia de Morales y la directiva elegida en 2017.
Morales convocó a un "Congreso de unidad", el próximo 10 de julio en la ciudad de Villa Tunari, en el Trópico cochabambino. Pero Humberto Claros, uno de los dirigentes más cercanos al expresidente, dijo a Sputnik que por "unidad" se refieren a la aceptación de los delegados y otros integrantes del partido que se habían ido con Arce, pero ahora quieren volver a la égida del todavía presidente del MAS.
Después que el Tribunal Supremo Electoral rechazó la reunión oficialista en El Alto por incumplir requisitos y procedimientos legales, es más necesario realizar con urgencia un Congreso de unidad con la debida legalidad y legitimidad.
Aseguró que ni Arce ni Choquehuanca serán invitados al próximo Congreso. No es necesario, según los estatutos del MAS y las resoluciones del TSE. Quienes sí deben estar son los integrantes de la Dirección Nacional, así como los delegados de todo el país. Estos últimos fueron los que faltaron al X Congreso de Lauca Ñ.
Según el TSE, en el X Congreso de El Alto faltó la Dirección Nacional, con Morales a la cabeza.
Para el próximo Congreso, que por tercera vez sería el X, en el lado de Morales esperan convencer a los delegados de cada región. Pero varios de ellos se muestran firmes al lado de Arce. Por lo cual, posiblemente otra vez el TSE invalidará el encuentro, si no se sellan todas las fugas legales.
El mal mayor: la eliminación de la sigla
Según el analista Gabriel Campero, es importante alcanzar ese complicado Congreso de la Unidad para llegar a acuerdos entre ambos sectores y así evitar la eliminación de la sigla por parte del TSE. Sería la máxima pena en caso de que no se resuelva la crisis interna del MAS-IPSP.
"Desde una perspectiva práctica, dentro de las dinámicas de accionar político que se tiene en el mismo instrumento, hay que tener presente que está en juego la generación de una polarización a nivel nacional", dijo Campero a Sputnik.
Tanto los sectores sociales que siguen a Morales, como los que están con Arce, sostuvieron que recurrirán a medidas de presión en la vía pública si el TSE no satisface sus opuestos pedidos.
Campero recordó que de acuerdo con los estatutos del MAS se deben renovar dirigencias cada dos años, lo cual tendría que haber ocurrido en 2019: "El TSE, en cumplimiento de dicho estatuto, debería imponer sanciones a los infractores, que son los integrantes de la dirigencia que sigue hoy".
Hasta el momento, el MAS tiene una amonestación por parte del TSE. Si llega a las tres sanciones sería legal disolver el partido que gobernó democráticamente el país desde 2006. El notable cambio social que generó este partido en Bolivia se nota con datos concretos, como el nivel de los salarios.
Cuando llegó Morales al Palacio Quemado, en 2006, el sueldo mínimo era de 500 pesos bolivianos (Bs.), equivalentes a 63 dólares. En 2024, con Arce en la presidencia, llega a 362 dólares, es decir, 2.500 Bs.
La amenaza exterior
Mientras dentro del MAS se pelean, la tradicional oposición boliviana se reunió en Washington, Estados Unidos, para acordar un candidato común para las elecciones presidenciales (y legislativas) de 2025.
Según Claros, la derecha boliviana solamente puede aspirar a un tercer puesto en las próximas elecciones. Ahora toca definir quién ocupará los dos primeros puestos: si el MAS que sigue al expresidente Morales o al presidente Arce.
Claros, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) aliada a Morales, sostuvo que "la derecha actúa en coherencia con su programa de Gobierno. Sus alianzas siempre se han construido en EE.UU. Pero la derecha boliviana ni siquiera en las encuestas aparece. Su papel es muy nefasto. Quisiéramos, al menos, una derecha que tenga algún sentimiento de nacionalismo y patriotismo".
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