La primavera arranca revuelta en España. Las previsiones meteorológicas auguran un inicio de estación marcado por frío, lluvia e incluso nieve. El invierno se resiste a abandonar el país tras haber dado señales de caduco días atrás. Ya dice el refranero popular "hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo". El tiempo siempre es caprichoso.La malhumorada meteorología de este comienzo primaveral poco tiene que ver con lo que se entiende por esta estación. Tal vez agua y viento, pero también sol y temperaturas suaves. Es el momento en el que el campo comienza a despertarse tras meses de letargo. Los colores salpican los rejuvenecidos prados. Las flores engalanan naturaleza y urbe. Son las protagonistas de la primavera. Entre febrero y julio, España se pinta de miles de tonalidades para celebrar la llegada del buen tiempo. Estas son las floraciones más conocidas del país.
Llega la primavera. Con ella, el color y el brillo. España la recibe envuelta en un manto floral. El cerezo, el manzano o la amapola son protagonistas de auténticas explosiones cromáticas que cada año seducen a miles de turistas. Murcia, Cáceres, Burgos o Asturias son los destinos más solicitados por los amantes de las flores.
La primavera arranca revuelta en España. Las previsiones meteorológicas auguran un inicio de estación marcado por frío, lluvia e incluso nieve. El invierno se resiste a abandonar el país tras haber dado señales de caduco días atrás. Ya dice el refranero popular "hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo". El tiempo siempre es caprichoso.
La malhumorada meteorología de este comienzo primaveral poco tiene que ver con lo que se entiende por esta estación. Tal vez agua y viento, pero también sol y temperaturas suaves. Es el momento en el que el campo comienza a despertarse tras meses de letargo. Los colores salpican los rejuvenecidos prados. Las flores engalanan naturaleza y urbe. Son las protagonistas de la primavera. Entre febrero y julio, España se pinta de miles de tonalidades para celebrar la llegada del buen tiempo. Estas son las floraciones más conocidas del país.
Los árboles de Cieza son precoces. La vegetación de la localidad murciana decide traer la primavera en pleno mes de febrero. "Es la primera floración de España", señala Antonio Santos, responsable de experiencias turísticas en Cieza, a Sputnik Mundo. Con el invierno todavía en el calendario, las 13.000 hectáreas agrícolas del lugar explotan en color. Melocotoneros, ciruelos, almendros, albaricoqueros y paraguayos crean un mosaico cromático en el que el fucsia predomina. A mediados de marzo, el espectáculo floral empieza a declinar. Da paso al fruto. "Las primeras frutas de hueso que se comen en Europa vienen de Cieza", afirma Santos. Las estaciones se apresuran en el norte de la Región de Murcia.
Probablemente la floración más famosa de España. Entre montañas, más de un millón de cerezos maquillan de gala al Valle del Jerte, situado en la provincia de Cáceres. Las paredes de la sierra de Tormantos y los montes Traslasierra se tiñen con un manto níveo en la segunda quincena de marzo o primera de abril, pendientes de las condiciones meteorológicas. La Oficina de Turismo de la Mancomunidad del Jerte avisa que el fin de semana del 20 y el 21 de marzo se intensificará este espectáculo floral con la apertura de numerosos capullos. Una joya de la naturaleza declarada desde 1973 como Bien de Interés Cultural. Jerte es sinónimo de primavera.
Entre ladrillo y cemento, la naturaleza encuentra un resquicio. Inmersa en la jungla urbana de Madrid, la Quinta de los Molinos es un oasis. Este parque tiene su origen en una finca de recreo rústico en plena capital española. Es más, su aspecto recuerda más a una explotación agrícola que a un típico jardín. Con aires mediterráneos, la Quinta de los Molinos es hogar de decenas de almendros. Su florecer, sobre los últimos meses del invierno, transporta a sus visitantes lejos de los límites metropolitanos. Siempre que el número de visitantes no devuelva a uno a Madrid.
"En Burgos también tenemos cerezas. Cuando lo decimos se quedan sorprendidos", señala Eva Romero a Sputnik Mundo. Ella es la responsable de promoción de las Marcas de Garantía del Valle de Caderechas. Este pequeño enclave burgalés guarece en sus laderas a almendros, perales o ciruelos. Sin embargo, cereza y manzana reineta son las joyas de la corona. La primera es más tardía que su igual de Extremadura. Por ende, el florecer del árbol de nacimiento de esta fruta se retrasa. Es en el mes de abril cuando el Valle de Caderechas se cubre de blanco impoluto. Contrasta con el verde intenso de los perpendiculares bosques que lo rodean. "Somos la hermana pequeña de Jerte", sentencia Romero.
Hablar de Asturias es hablar de sidra. Esta conocida bebida se realiza a partir de la manzana, la fruta estrella del Principado. De ahí que el manzano sea seña de identidad astur. Los municipios de Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariegu y Villaviciosa son el corazón sidrero de España y hogar de este árbol frutal. Precisamente, su floración rompe con las mil gamas de verde que colorean la comunidad autónoma. Entre finales de abril y principios de mayo, tonos blancos y rosados resaltan sobre la naturaleza asturiana. Según Miguel Ángel Naredo, responsable del Servicio de Promoción Turística de la Mancomunidad Comarca de la Sidra, los años impares gozan de una floración intensa. "Es cuando hay una mayor producción de manzanas. Este año apuntaba a un florecer potente", señala a Sputnik Mundo.
España es el segundo productor mundial de adormidera o amapola, flor de la que se extrae el opio. Su cultivo solo está permitido para usos medicinales. Algunos de estos campos se encuentran en la provincia de Toledo, aunque la amapola crece salvaje por distintas ubicaciones del país. Puede ser de varios colores, aunque el rojo es el más habitual. Un brillante pigmento que resalta sobre los mares de hierba durante los meses de abril y mayo.
En Brihuega (Guadalajara) no hay blanco. El manto floral adquiere un color diferente. Con el calor del verano, los campos que rodean esta apacible localidad se tornan violentas. Kilométricas filas de lavanda serpentean por el suelo, en flor desde finales de junio. Y no solo complacen a la vista, sino también al olfato: el aroma de este arbusto inunda todos los rincones de Brihuega. "En agosto comienza el destilado de la lavanda. Además, días antes todo el pueblo se adorna con esta planta", explica Magdalena, encargada de la Oficina de Turismo de Brihuega, a Sputnik Mundo. Aires provenzales en el corazón de la península ibérica.
El girasol no es una flor de la primavera. Sin embargo, en comarcas como La Bureba (Burgos) empieza a despuntar a finales de esta estación. Se señala esta zona, pero existen otras regiones con vastas extensiones de esta espigada planta tanto en las dos Castillas como en Andalucía. El amarillo de sus pétalos combina con el verano, su estación predilecta. Su relajado giro al compás del sol es reflejo de la placidez estival.
Esta floración no es igual que las anteriores. No ocurre en plena naturaleza. Tan siquiera en un parque. Las plantas crecen en las paredes y suelos de piedra. Eso sí, por norma general, encerradas en una maceta. Su hábitat son los patios de Córdoba. Las flores invaden la ciudad andaluza durante la primera quincena de mayo. Una supernova de colores desbarata el blanco de las encaladas casas del casco histórico de la antigua capital andalusí. Mecido por la mano humana, este evento es uno de los mayores espectáculos florales de España.
Lo último
0
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.
