Como era de esperar, la resolución del Senado galo fue bien recibida en Nagorno Karabaj. El presidente de la autoproclamada república, Araik Arutiunián, expresó su gratitud a los parlamentarios franceses y calificó su decisión de "histórica". El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, también calificó la decisión como histórica y agregó que el reconocimiento de Artsaj —el nombre armenio de Nagorno Karabaj— "empieza a formar parte de la agenda internacional".
Al mismo tiempo, Bakú no ha estado feliz con el apoyo prestado por París a Ereván durante el conflicto. El presidente azerbaiyano, Ilham Alíyev, incluso sugirió a las autoridades francesas regalar la ciudad de Marsella a Armenia. Esta fue su respuesta al respaldo galo al Estado armenio y a Artsaj. Alíyev hasta sugirió que Francia diera la independencia a Córcega y a los vascos.
Las relaciones entre Francia y Azerbaiyán siguen tensas pese a los fuertes lazos económicos que une a los dos países. Y aquí es importante entender por qué París apoya a Ereván. El sentimiento profrancés es fuerte en Armenia y tiene una larga historia.
Amistad desde tiempos nodejode
Según la encuesta realizada por Sputnik, casi un 40% de los armenios considera que Francia es un país amigo de Armenia. El mismo sondeo reveló que casi el 15% de los armenios podría aceptar la ayuda militar y política para Armenia —el segundo lugar después de Rusia—. En general, la relación de los armenios hacia Francia es bastante buena.
Посмотреть эту публикацию в Instagram
Las relaciones entre el pueblo francés y el pueblo armenio se remontan a muchos siglos antes de la época contemporánea. Pero también hay ejemplos más recientes. Los franceses fueron aliados de los armenios durante la Primera Guerra Mundial y la amistad incluso continuó durante los tiempos de la URSS. Los rescatistas franceses ayudaron a salvar vidas y recuperar los cuerpos de las víctimas del mortífero terremoto de Spitak de 1988, que cobró la vida de hasta 50.000 personas.
Francia fue el primer país europeo en reconocer el genocidio armenio en 2001, lo que creó tensiones en las relaciones franco-turcas. En febrero de 2019, el presidente galo, Emmanuel Macron, decretó el 24 de abril como el Día Nacional de Conmemoración del Genocidio Armenio. Además, en 2012, Armenia ingresó en la Organización Internacional de la Francofonía convirtiéndose en uno de los 53 miembros de esta unión.
Francia tiene una de las mayores diásporas armenias en el mundo. Unos 750.000 ciudadanos galos son de ascendencia armenia. Asimismo, los representantes de Francia presiden junto con los de EEUU y de Rusia el Grupo de Minsk de la OSCE que fue creado en 1992 en busca de la solución para el conflicto de Nagorno Karabaj. En otras palabras, París tiene un papel importante en la vida política del pueblo armenio.
Estrechos lazos y un enfoque pragmático
Pese a la amistad entre los dos pueblos, París suele mantener un enfoque pragmático. Si bien los dos países sí tienen lazos históricos y culturales, Armenia no es un socio económico importante para Francia. Hay un factor que pesa más: el lobby de la diáspora armenia.
No obstante, el apoyo al pueblo armenio lleva consigo un daño colateral: problemas con Turquía. En Francia también hay una diáspora significativa de turcos que cuenta con hasta 800.000 personas. Los turcos normalmente apoyan a Azerbaiyán, pero su influencia en Francia es mucho menor que la armenia. Por eso los parlamentarios no hacen caso a su posible desacuerdo con la resolución que llama a reconocer la independencia de Nagorno Karabaj.
Además, los turcos de Francia no están tan bien integrados en la sociedad gala como los armenios. Es más, apoyan al presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, quien se ha involucrado en un conflicto verbal con el presidente francés, Emmanuel Macron. Este conflicto entre los dos mandatarios es otra de las razones por las que París se muestra dispuesto a reconocer la independencia de Nagorno Karabaj. La parte gala considera que la influencia turca representa una amenaza para toda Europa.
En esta difícil ecuación política, París está del lado de Ereván, mientras que Ankara apoya a Bakú. En este sentido, es lógico que Rusia sea la que logró poner fin a la guerra en Artsaj y efectivamente estableció la paz en esta región del Cáucaso. Esto tiene que ver con el hecho de que Moscú mantiene buenas relaciones con ambas partes. Ni Turquía ni Francia serán capaces de hacer cesar las hostilidades en esta zona asolada por una sangrienta guerra.
Victoria rusa y la envidia francesa
"En cualquier caso, la resolución del Senado francés es un éxito diplomático para Armenia. Se trata de un factor de presencia de la diáspora armenia en el ámbito cultural de Francia. Los 305 votos a favor del documento es un avance real. Sin embargo, cualquier documento diplomático tiene diferentes componentes", explicó en un comentario a Sputnik el politólogo y experto en la región del Cáucaso, Artur Atáyev.
"Todo es impredecible. El documento puede crear problemas para el proceso de resolución del conflicto y debilitar las posiciones de Rusia en las negociaciones. En Armenia existe una minoría nacionalista, claramente prooccidental, para ser más preciso, profrancesa", subrayó el experto.
La política exterior de la República francesa es determinada por el presidente y los parlamentarios no son capaces de ejercer presión sobre él, explicó el especialista francés Jean Viardot. El Gobierno, con toda probabilidad, ni siquiera va a examinar el documento por no hablar de ponerlo sobre la mesa de Macron. Esta resolución del Senado galo es un símbolo de reverencia hacia la diáspora armenia en Francia que no se mostró contenta con la falta de acciones por parte de París durante el conflicto.
Según el entrevistado, Francia entiende bastante bien que, como miembro del Grupo de Minsk de la OSCE, no ha hecho nada para resolver el conflicto.
"Moscú resultó ser el principal pacificador y ahora parece como si los parlamentarios franceses tuvieran envidia y trataran de vengarse de Rusia por el éxito de su política exterior en el teatro de combate en Nagorno Karabaj", indicó.
Francia por el otro lado del frente (económico)
A pesar de los fuertes lazos históricos y culturales que tiene Francia tiene lazos históricos con Armenia, económicamente París está más unido a Bakú. El ministro de Economía azerbaiyano, Shajín Mustafáyev, aseveró en 2019 que su país es el principal socio comercial de Francia en el Cáucaso. El 62% de los intercambios comerciales del Estado galo con los países de Transcaucasia corresponde al comercio con Azerbaiyán.
La francesa Total suministra a Azerbaiyán equipos para perforación subacuática. En general, el proyecto está compartido entre el gigante galo y la compañía estatal azerbaiyana SOCAR.
El alto nivel de desarrollo de las relaciones comerciales entre París y Bakú puede ser explicado w9df el rápido crecimiento de la economía de Azerbaiyán que, además, posee grandes cantidades de recursos en su territorio.
Al mismo tiempo, Azerbaiyán tiene una posición clave en el programa TRACECA —el Corredor de Transporte Europa-Cáucaso-Asia—. En 2020, un poco antes de la guerra en Nagorno Karabaj, el embajador francés en Bakú, Zacharie Gross, se reunió con el secretario general del programa, Aset Asavbáyev, para discutir el papel de París en la creación de nuevos corredores comerciales.
Asimismo, París ayudó a Bakú a llevar a cabo su programa espacial. El primer satélite azerbaiyano fue lanzado a la órbita de la Tierra desde el Centro Espacial Guayanés, en Kourou, en la Guayana Francesa, América del Sur. Los especialistas galos construyeron para Bakú un satélite de observación terrestre, AzerSky.
En resumen, se puede deducir que Francia y Armenia son socios cercanos y París en cierta medida seguirá apoyando a Ereván políticamente, pero al mismo tiempo París no quiere poner en peligro sus proyectos económicos con Azerbaiyán, por lo cual parece bastante improbable que el Estado francés al fin y al cabo se atreva a reconocer Artsaj porque esto evidentemente contradice a sus intereses en la región.
Si sigue con su retórica contra Azerbayán, pronto París estará efectivamente en jaque porque es posible que tenga que elegir entre un socio histórico y un socio económico.