Actualmente, el país latinoamericano es el primer socio comercial de su vecino en el norte, en parte por la reciente implementación del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como debido a la guerra comercial que Washington mantiene con China.
Sin embargo, algunos otros alertan sobre la igualdad de los criterios de ambos candidatos en temas como el combate al narcotráfico.
"Estados Unidos ejercerá una política mucho más intervencionista, sea el partido que sea. No será nada distinto. Con las aprehensiones de los exsecretarios mexicanos de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, se ejercerá mayor presión sobre México, una de ellas para que las agencias de seguridad operen en territorio mexicano", advirtió Guadalupe Correa-Cabrera, catedrática de la Universidad George Mason en entrevista con La Jornada.
En materia económica, Trump también es señalado por su visión más agresiva. Expertos como Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseveran que el mandatario del Partido Republicano podría fortalecer su política para repatriar a las empresas que están fuera de su país en caso de ser reelegido.
Trump también continuaría sus esfuerzos para impulsar la aplicación del T-MEC, aunque es probable que las presiones internas puedan provocar que el actual presidente deje de lado su propia estrategia.
"Si Trump gana, sin duda la guerra comercial [con China] continuará y quién sabe dónde termine", anticipó Ignacio Martínez.
Este podría ser un punto que favorezca la perspectiva económica de México, ya que expertos como Kenneth Smith, del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), han anticipado que, en contraste, Joe Biden apostaría por tratar de recuperar la relación comercial con el gigante asiático.
Finalmente, la mayoría de los expertos coincide en que el tema migratorio se mantendrá como el principal punto de interés de la agenda bilateral entre México y Estados Unidos. Aunque ya es conocida la postura de Trump, diversos medios han recordado el crecimiento de las deportaciones durante la administración Obama (2008-2016).
No obstante, en la actualidad ha surgido el problema de las caravanas migratorias desde Centroamérica, el cual podría modificarse también en caso de que Joe Biden asuma la presidencia estadounidense.
Kenneth Smith también ha resaltado que, ante la actual crisis económica, la opinión pública estadounidense difícilmente se inclinará a favor de un incremento en el número de inmigrantes legales en su país, por lo cual cabe anticipar que el candidato del Partido Demócrata no se comprometa a impulsar una reforma migratoria.
Biden ha prometido que mantendrá activo el programa DACA a fin de evitar la deportación de los inmigrantes que llegaron a la Unión Americana cuando eran menores, así como reducir los requisitos para la obtención de visas, aunque no parece probable que profundice demasiado en esta materia.
A unas horas de que inicien las votaciones en Estados Unidos, Donald Trump ha logrado recortar la ventaja en las encuestas que lo ponen por debajo de Joe Biden. Según un balance de sondeos realizado por RealClearPolitics, Biden cuenta con un 51% de intención de voto, frente a un 44,1% de Trump.
En las últimas semanas, Biden había logrado una diferencia de 10,3 puntos sobre Trump. Pero desde la segunda semana de octubre, el presidente ha ido acercándose cada vez más, principalmente en estados como Arizona, Carolina del Norte, Florida, Michigan y Pennsylvania.