La defensa aérea norvietnamita captó el avión espía U-2 en su aproximación a Hanói. En respuesta, un misil SA-2 Guideline, también llamado S-75, de fabricación soviética se dirigió hacia el dron, destruyéndolo segundos después. No obstante, el éxito no fue total. Según el plan de la CIA, en los 200 milisegundos antes de su destrucción, la electrónica del dron registraría los detalles del rastreo por radar del misil, los sistemas de guía y la fusión de su ojiva, y los transmitiría antes de ser eliminado.
"EEUU estaba desesperado por obtener los detalles operativos de los misiles y el radar que los guiaba, pero los operadores de radar norvietnamitas eran inteligentes y minimizaron su exposición", escribe el portal Popular Mechanics.
A veces solo encendían sus aparatos cuando había un objetivo, y a veces rastreaban un avión con un tipo de radar antes de activar un segundo para guiar un misil en el último minuto. Además, se escondían bien y se movían frecuentemente. El espionaje, así como otros intentos de obtener datos, no tuvieron éxito.
Los oficiales de inteligencia e ingenieros pasaron tres años preparando la operación. Múltiples mejoras en los drones objetivos Ryan Model 147D y 147E, con el nombre clave Brazo Largo, dieron como resultado la instalación de un equipo conocido como Sistema XVII.
"Lo único que llevaba el dron era un receptor de una sola banda y circuitos de acondicionamiento de señal", contó Steve Miller que trabajó con estos drones.
Varios intentos resultaron infructuosos: los vehículos explotaron antes de que se registraran los datos. Pero el 13 de febrero de 1966, los estadounidenses lograron implementar la "interceptación perfecta".
"El 147E obtuvo un conjunto completo de información de guía de radar y fusibles sin contacto. La misión incluso registró con éxito la fuerza de la onda expansiva que destruyó el dron", escribe el medio.
Basándose en la información recibida, EEUU desarrolló un sistema de alerta que evitó que un misil S-75 impactara contra cualquier aeronave. Durante las pruebas, demostró un buen rendimiento: su objetivo no tripulado equipado evitó 11 misiles soviéticos, solo el 12 pudo derribarlo.
También podía detectar cuando el radar se fijaba, indicando que un misil estaba en camino para que el piloto pudiera realizar maniobras evasivas para lanzar el misil. Finalmente, si el misil se acercaba demasiado, la última línea de defensa del sistema intentaría derrotar su fusible de proximidad.
Las tasas de supervivencia de la aviación estadounidense en Vietnam comenzaron a aumentar, después de lo cual el subsecretario de Defensa, Eugene Fubini, llamó a la misión de interceptación del S-75 "la contribución más significativa al reconocimiento electrónico en los últimos 20 años".
Sin embargo, los ingenieros soviéticos actualizaron rápidamente sus sistemas de armas con múltiples versiones del S-75. Cada una de ellas requería más y más esfuerzos de la inteligencia de Estados Unidos para obtener información operacional.