En plena Guerra Fría, la Fuerza Aérea Soviética depositó su confianza en los cazas MiG-17 para enfrentarse a EEUU en una de las guerras más largas y costosas de la historia. Tal y como afirma The National Interest, los aviones soviéticos seleccionados tuvieron un gran mérito al batirse contra su enemigo en condiciones de inferioridad en Vietnam.
A pesar de la evolución del modelo, los aviones rusos seguían siendo más lentos y pequeños que las naves de EEUU, pero ello no impidió que causaran un gran número de bajas entre las filas estadounidenses. De hecho, su tamaño les confería una mayor ligereza y maniobrabilidad que nada tenía que envidiar a los cazas F-105 Thunderchief y F-4 Phantom americanos en combates a bajas velocidades que requerían la maniobrabilidad, destaca el medio.
Tal fue el rendimiento mostrado por los cazas rusos, a los que el autor de la noticia original, Caleb Larson, se refiere como "terror aéreo", que los propios estadounidenses adquirieron varios MiG-17 de Israel para evaluar su potencial y desarrollar una táctica de lucha con ellos.
"La excelente maniobrabilidad que posee este avión [en combates a bajas altitudes] hace que este caza bastante simple y anticuado siga siendo una potente amenaza en estos tiempos de armamentos modernos y sofisticados", reza el documento.
Y es que, como concluye Larson, "este pequeño caza no deja de sorprender ni siquiera hoy en día".