La energética española continúa su apuesta por el proceso de descarbonización a la par que promueve la potenciación del sector industrial. En un momento en que la pandemia está socavando la actividad económica en el país, el proyecto conllevará además una disminución de los vertidos de CO2 a la atmósfera de 900.000 toneladas anuales.
"España debe basar su estrategia de descarbonización en sus capacidades industriales y tecnológicas porque esa será la forma de impulsar un tejido empresarial competitivo e innovador", ha declarado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol y expresidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Energía reciclada
La esencia del proyecto es la reutilización de materias primas recicladas e incrementar su valor añadido mediante su conversión en biocombustibles, todo parte de la estrategia adoptada en 2019 en el marco de la concordancia con el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Una vez puesta en marcha, la planta será operada por 45 empleados y reducirá en un 0,3% las emisiones totales de CO2 del país, que ascienden en la actualidad a 314 millones de toneladas.
El futuro es hoy🌱
— Repsol (@Repsol) October 22, 2020
📢Produciremos 250.000 toneladas de biocombustibles avanzados al año en nuestro complejo de Cartagena. Una inversión de 188 millones de euros que evitará la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año 🚙🚚✈️ https://t.co/hZbtPBCnuH pic.twitter.com/P5RFe6kswd
Recogiendo aceites culinarios
Para producir combustible ecológico proveniente de grasas y aceites de cocina reciclados, primero hay que crear un sistema eficaz que acometa su recogida. En este sentido, Repsol ya está trabajando en la captación de socios.