El Departamento de Estado de EEUU prohibió prestar servicios y proporcionar instalaciones a los buques que participan en el Nord Stream 2, financiar su actualización o instalación del equipo a bordo. Las empresas deben dejar de hacerlo dentro de los 30 días a partir del 20 de octubre.
Las sanciones contra el gasoducto ruso en Europa no son las primeras, sino una continuación a las del año pasado que afectaron a los socios de Gazprom en el tendido del Nord Stream 2 y el Turkish Stream. La suiza Allseas suspendió entonces su trabajo y retiró dos buques colocadores de tuberías.
Gazprom tuvo que buscar urgentemente una alternativa. Eligió los buques Fortuna y Akademik Cherski. Probablemente este último es el objetivo principal de las sanciones porque no tenía el equipo necesario.
"Pero EEUU llegó un poco tarde. El buque principal capaz de completar el Nord Stream 2 ya está pasando pruebas en la zona de Kaliningrado", comentó Artiom Déyev, jefe del departamento analítico de AMarkets.
Sin embargo, no se excluye que el buque necesite diversas mejoras técnicas. "Las sanciones pueden bloquear completamente esa posibilidad", admitió el interlocutor de la agencia.
Además, el proyecto corre el riesgo de perder su base logística en el puerto de Mukran en la ciudad de Sassnitz. Allí se almacenan las tuberías y se modernizó el Akademik Cherski.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 27, 2020
Hablamos con el alcalde de la ciudad portuaria alemana Sassnitz sobre el proyecto del gasoducto Nord Stream 2
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"Si el puerto alemán y las empresas implicadas en las obras consideran que las sanciones son una amenaza grave, nuestros barcos tendrán que trasladarse", advirtió Artiom Déyev.
En ese caso, la construcción se completará más tarde de lo previsto: no se logrará finalizarla hasta el final del año.
No obstante, hay demasiado en juego. El proyecto involucra a las empresas europeas. "No creo que tengan miedo a las sanciones estadounidenses", señaló Daniíl Marjíyev, socio gerente del colegio de abogados StatusGroup de Moscú.
"Las inversiones europeas en el gasoducto ascienden a 5.000 millones de dólares. Además, se han invertido unos dos millones en el componente terrestre del proyecto. Nadie querrá perder ese dinero para complacer los intereses económicos puramente estadounidenses", comentó, a su vez, Oleg Cherednichenko, profesor asociado del departamento de teoría económica de la Universidad Plejanov de Economía Rusa.
Rusia confía en la voluntad política de sus socios europeos y en la comprensión de la viabilidad económica del proyecto para Europa.
Pero Washington continúa la política de sanciones con el fin de hacerse con el mercado europeo para exportar allí su gas natural licuado. El Departamento de Estado tiene la intención de "utilizar toda la gama de sanciones para detener la construcción" del gasoducto ruso, indica en su artículo para la edición rusa de Sputnik Irina Badmaeva.
"En primer lugar, es el Academik Cherski. Dinamarca dio su permiso para finalizar la construcción, el buque está pasando las pruebas, pero luego se necesitará un seguro sin el cual no se puede empezar trabajos en el Báltico", explicó Déyev.
En septiembre, el grupo internacional que proporciona seguros de responsabilidad a los armadores (International Group of P&I Clubs) se negó a firmar contratos para el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 debido al riesgo de sanciones estadounidenses.
"Es poco probable que la mayoría de las empresas se atreva a violar las sanciones estadounidenses, pero puede haber otras organizaciones que se arriesguen", opinó el interlocutor de Sputnik.
Marjíyev también señaló que se podría encontrar empresas aseguradoras para Nord Stream 2.
"Las compañías atraen a los especialistas de diferentes campos, incluyendo analistas que pueden evaluar los riesgos del seguro del Nord Stream 2. Tienen su propio interés financiero porque se ha invertido mucho dinero en el proyecto", dijo el abogado.
Además, no hay que olvidar la posición de los líderes europeos respecto al proyecto que están en contra de las medidas de EEUU. En agosto, los representantes de 24 países de la Unión Europea expresaron su protesta a EEUU por los planes de establecer nuevas sanciones contra el gasoducto Nord Stream 2.
Alemania está particularmente interesada en el proyecto porque sus empresas siguen a las rusas en la cantidad de inversiones. "La política energética europea se hace en Europa y no en Washington. Rechazamos las sanciones extraterritoriales", expresó el ministro de relaciones exteriores alemán, Heiko Maas. Según el político, la crítica estadounidense al gasoducto no cambiará nada: el proyecto se implementará.