En pleno retroceso en la lucha contra el plástico de un solo uso por el COVID-19, la sede de Greenpeace en España ha publicado un informe llamado Ecoembes miente: Desmontando los engaños de la gestión de residuos de envases domésticos para evidenciar las deficiencias de un sistema de gestión que, tal y como argumentan en su web, todavía no ha conseguido poner fin a la avalancha plástica desde su implantación hace dos décadas.
El responsable de residuos de Greenpeace, Julio Barea, ha denunciado durante la presentación del informe que tuvo lugar el 20 de octubre vía telemática que, los datos de Ecoembes son "falsos", ya que frente a una tasa de reciclado de envases domésticos del 78,8% en 2018 (últimos datos disponibles de Ecoembes), afirma que apenas recupera y recicla el 25%.
Pero, ¿de dónde provienen esos ingresos? Según desgrana Greenpeace, el 90% proviene del 'punto verde', es decir, de las empresas participantes en Ecoembes. "El punto verde, que socialmente se nos ha vendido casi como garantía de sostenibilidad, es en realidad una tasa que las principales empresas y asociaciones de envasadores, materias primas, comercio y distribución pagan a Ecoembes por cada envase puesto en el mercado, con el fin de que Ecoembes se encargue de su recogida, selección y tratamiento […] Esto supone que cuantos más envases de usar y tirar haya, más ingresos obtiene. Los ingresos de Ecoembes dependen de los envases que se consumen, no de los que se reciclan, que es su verdadera misión", explican.
No es la primera vez que la asociación ecologista acusa a Ecoembes de mentir. El pasado mes de marzo de 2019 publicaron otro informe llamado Maldito Plástico en el que reflejaban "la trampa" de los sistemas reciclables y desmontaban las cifras de negocio de Ecoembes.