Este movimiento político, que siempre ha encontrado su fuerza en el sostén popular volcado en las calles, debe renunciar este año a toda exhibición en la vía pública. Así lo ha pedido el Gobierno que preside Alberto Fernández, que mantiene desde hace casi siete meses una de las cuarentenas más estrictas del mundo.
"El Gobierno necesita un espaldarazo después de que las últimas movilizaciones convocadas por la oposición mostraran un apoyo popular a la coalición no peronista", plantea a Sputnik el politólogo y profesor universitario Facundo Cruz.
"La política argentina está invertida: el no peronismo convoca a marchar a la calle y el peronismo es el que se queda en su casa, cuando históricamente ha sido al revés", agrega.
Unidad ante incertidumbre económica
Y no será porque al Ejecutivo peronista le sobren las manifestaciones de respaldo. En estos días crece la inquietud por la crisis económica que se ve acentuada ante la diferencia cambiaria entre el dólar oficial y el informal, la cual llegó el 16 de octubre al 129%; a esto se añade una inflación acumulada desde diciembre de 22,3%.
"Las últimas semana parecen mostrar que no hay indicios de poder controlar la brecha cambiaria y de que cualquier ajuste que se haga de las variables de la economía impacta en los precios, con una economía relativamente parada", resumió Cruz.
Ante este panorama, la actual gestión espera cristalizar el respaldo de todos los movimientos peronistas que estaban divididos hace más de una década y que vinieron a confluir en una coalición electoral, Frente de Todos, con la que Fernández pulverizó en 2019 las ansias de reelección de Macri.
Algunas ramas peronistas, como la que lidera el poderoso sindicalista Hugo Moyano, no han podido resistirse y han llamado a celebrar la caravana de la lealtad, que se realizará a bordo de vehículos en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
"Pero el grueso de las agrupaciones convocan a que la marcha sea virtual, para no ir en contra de la política del Gobierno", acota Cruz. "Ahí se puede tener un vestigio de estas diferencias y disidencias que están empezando a manifestarse en términos de estrategia política", añade.
Abrazo virtual
En este contexto, el Ejecutivo deberá conformarse con un apoyo virtual, menos lucido que el respaldo vistoso en las calles. Es una paradoja para el peronismo. "En una fecha tan simbólica como fue la marcha peronista para reclamar la libertad de Perón, resulta que la movilización no la vas a tener", reflexiona el especialista.
"No es lo mismo el abrazo de un algoritmo a que te abrace el pueblo en la plaza", afirma Cruz.
Se espera que más de un millón de personas sigan de forma virtual los actos organizados para este 17 de octubre. El único orador de la convocatoria será el presidente Fernández, aunque los organizadores no pierden la esperanza de que también asista la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernó el país entre 2007 y 2015.
El 12 de octubre de 1945, en el marco de una profunda crisis política, el general Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo, fue detenido por encabezar un pedido a los militares que en ese momento gobernaban (y entre los que se contaba) para que entregaran el Gobierno a la Corte Suprema de Justicia.
La histórica movilización, una de las gestas más trascendentales de la historia argentina, elevó a Perón a la categoría de líder popular.
Al año siguiente ganó las elecciones y fue reelegido en 1952, aunque no pudo terminar su mandato debido a un golpe de Estado que lo derrocó y lo forzó al exilio.
Tras regresar desde España a Argentina en 1973, volvió a ser elegido presidente, cargo que mantuvo hasta su muerte, el 1 de julio de 1974.