En lo que a los centros educativos se refiere, la situación de nueva normalidad en medio de la segunda ola de COVID-19 se distingue por el modo semipresencial de impartir las clases. Pero esta modalidad, si bien es necesaria para cumplir con las normas de seguridad sanitaria, está ocasionando graves problemas que afectan a los alumnos y a sus familias.
Sin embargo, pasado algo más de mes del inicio del curso escolar, la realidad parece más bien otra. Las familias se quejan de que la calidad de la enseñanza está descendiendo de manera ostensible y que la modalidad semipresencial está generando desigualdad entre los alumnos. Las diferencias pueden darse dentro de los mismos centros, entre institutos e incluso entre territorios autonómicos.
Es que no es enseñanza semipresencial. Es enseñanza presencial en la que el alumnado no va a clase la mitad (con suerte) de la jornada
— madrechunga (@chungaanonima) October 14, 2020
¿Peligra la igualdad?
Las asociaciones de padres y madres de alumnos (AMPAS) advierten de las numerosas quejas que reciben de parte de las familias acerca de los problemas que se están encontrando. La flexibilización horaria está produciendo situaciones que pueden vulnerar el derecho a la educación.
"Hay centros donde los niños van a clase los lunes, miércoles y viernes, y a la semana siguiente los martes y jueves", explica a Sputnik Carmen Morillas, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de la Comunidad de Madrid (FAPA-CM 'Francisco Giner de los Ríos'). Morillas denuncia que cuando a los menores les toca quedarse en casa, muy a menudo "la atención educativa desaparece" tras una montaña de deberes. Y tiene muy claro el motivo de la actual situación:
"Es justo la falta de docentes lo que ha abocado a poner en práctica la semipresencialidad en los centros. Y la atención educativa se resiente, porque solo es directa e individualizada cuando los niños están en los centros".
"Entendemos que esta es la única manera de poder asegurar la igualdad de oportunidades entre el alumnado, siempre y cuando se garanticen las medidas higiénico-sanitarias", afirma, incidiendo en la idea de que no todos los menores abordan esta etapa con las mismas condiciones. El acceso a las herramientas tecnológicas y a Internet, o la presencia de familiares producto de la conciliación, es dispar.
¡Buenos días! Las clases semipresenciales son fruto de la falta de inversión para reducir ratios. Para velar la igualdad de oportunidades y la equidad al tiempo que se garantizan las medidas higiénico sanitarias es vital una mayor inversión en la escuela pública 📽 pic.twitter.com/vHG4qDf5Q3
— CEAPA (@ceapa_oficial) October 14, 2020
Brecha territorial
La gran mayoría de comunidades autónomas aplica la modalidad semipresencial en sus colegios e institutos a partir de Secundaria o en su nivel postobligatorio (3º y 4º de ESO). Pero en la Región de Murcia abarca todas las etapas: desde Infantil hasta Bachillerato.
"Es decir, el alumnado está dejando de percibir una parte importante del currículo, lo que afecta a su formación, y encima después de haber estado confinado y recibiendo una base mínima que les ha dejado con bastantes lagunas".
Un segundo aspecto que se resiente es la conciliación. "Porque en Infantil y Primaria a los niños no les puedes dejar solos en casa", explica Sáenz de Tejada, "y los abuelos son grupo de riesgo, aparte que muchos no están cerca". Es una situación en la que no todas las familias se pueden permitir contratar a una canguro o pagar las academias y guarderías que están habilitando espacios de conciliación, "para la que no hay ayudas".
Totalmente, aquí en Murcia mucho blablabla y sin reducir ratios ni invertir nada en recursos humanos y materiales en los últimos 11 años.. Que cuenten lo contentas que estamos con la idea de la semipresencialidad a costa de las familias.
— Alicia🇪🇸☘ (@diazdearcaya) October 6, 2020
Esta directiva de la FAPA-RM resalta que las familias de adolescentes en Secundaria no lo tienen mejor, pues en este nivel la semipresencialidad está establecida en un 50% "y tampoco se está dotando a los centros de equipos para hacer clases por streaming, ni dando a las familias el equipamiento tecnológico". "Y también hay padres que no tienen formación para apoyar a sus hijos, los hay incluso que no conocen bien la lengua, porque son extranjeros", añade.
Recursos y cartas al Defensor del Pueblo
"Esta situación está generando una desigualdad brutal", sostiene Clara Sáenz de Tejada, que asegura que la mayoría de las familias murcianas están precarizadas. "Un tercio de la población de Murcia se encuentra en riesgo de exclusión social". En este contexto, la FAPA-RM ha anunciado la interposición de un recurso contencioso-administrativo contra el modelo semipresencial vigente en la región.
Si la educación básica no es semiobligatoria tampoco puede ser #Semipresencial . Interponemos tres escritos al Defensor del Pueblo en cuanto a la decisión de #Semipresencialidad por parte de la Administración
— FAPA Giner Ríos (@FAPA_Giner_Rios) October 6, 2020
educativa en los cursos de 3º y 4º ESO, F.P y Bachillerato. pic.twitter.com/4OxpGp7LRL
Por su parte, la FAPA-CM 'Francisco Giner de los Ríos' ya remitió el 6 de octubre tres escritos al Defensor del Pueblo sobre la inconveniencia de aplicar el régimen semipresencial de enseñanza en los cursos de 3º y 4º de la ESO, y en el Bachillerato y la Formación Profesional (FP). "Nos preocupa mucho la FP básica", señala Carmen Morillas. "Su alumnado tiende al absentismo escolar y necesita atención individualizada y seguimiento minucioso.
"La administración tiene que poner solución a todo esto, porque la semipresencialidad está introduciendo verdaderas desigualdades".
Una situación ya vivida
Desde la FAPA-RM 'Francisco Giner de los Ríos' explican que el factor de la desigualdad no es nuevo. "Ya pasó en el confinamiento, donde fueron muy evidentes las brechas digital y social, que se han ido incrementando en los últimos meses", confirma su presidenta.
"El centro escolar es el único entorno de seguridad para muchas familias", subraya Carmen Morillas, alertando de que muchas viven en una sola habitación, "no en casas". "Sabemos de un caso de una familia con tres menores que iba cambiando de habitación en habitación, pero no querían cambiar de centro escolar, porque era el único referente de seguridad. Por eso la presencialidad no es un capricho, sino una necesidad".
Hay formas de semipresencialidad, como el 3-2-2-3, que suponen una bajada de la ratio a la mitad, permite un mejor control en las medidas de seguridad (el riesgo 0 no existe), pero también genera problemas.
— Ignacio Arcos Gil (@paidografia) August 25, 2020
Ninguna medida es buena.
Las AMPAS recelan de las medidas anunciadas antes del inicio del curso escolar sobre nuevos equipamientos tecnológicos para las familias, como las tabletas. "Los anuncios no hacen norma, son comunicación", se lamenta Sáenz de Tejada, quien recuerda que el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la Región de Murcia aún no ha publicado las ayudas para los espacios municipales de conciliación "ni las de equipamiento tecnológico".
"Y todo por no contratar profesorado", concluye. "En julio las 'AMPAS' ya estábamos pidiendo reuniones y recogiendo firmas, porque veíamos lo que se venía encima. Se está sobrecargando a las familias. Y al final, cada una se apaña como puede".