Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, China será el único país cuya economía mostrará una dinámica positiva a finales de año.
Sin embargo, los mercados de exportación ya no cumplen su misión de impulsar el crecimiento económico de China, puesto que el mundo aún no se ha recuperado de la crisis causada por la pandemia del coronavirus.
China, a su vez, está mostrando buenos resultados gracias a unas medidas eficaces para combatir la propagación del COVID-19. La actividad comercial se está recuperando y el tipo de cambio de la moneda china se está fortaleciendo. Desde finales de junio, el yuan subió un 4,5%, el mayor crecimiento trimestral desde 1981.
Pero dada la disminución del poder adquisitivo real en los mercados extranjeros, las autoridades chinas cambian su enfoque económico para impulsar el crecimiento: el país anunció una nueva estrategia de "doble circulación". Sus detalles aún se desconocen, pero la idea es que el mercado interno se convierta en el principal motor de la economía de China en el período pospandemia.
"Ahora estamos hablando de nuevas infraestructuras que no son tradicionales, como ferrocarriles, carreteras, aeropuertos. China está desarrollando una infraestructura 5G que será la fuerza motriz del futuro crecimiento económico", explicó a Sputnik el profesor de la Universidad Financiera de Sinan Lu Jian.
El analista agregó que no se trata solo de crear infraestructura, sino de desarrollar medios para un progreso tecnológico.
Las inversiones en la nueva infraestructura y en la digitalización proporcionan un buen efecto multiplicador. Según un informe de Oxford Economics de 2017, cada dólar invertido en tecnologías digitales puede aportar 20 dólares al PIB, un beneficio más de seis veces mayor que de la inversión en las industrias tradicionales. En consecuencia, muchos países, entre ellos China, apostaron por la economía digital como una prioridad de su estrategia nacional.
"En los últimos años, hemos estado transformando nuestros motores de crecimiento económico. Antes nos basábamos principalmente en un desarrollo extensivo, construimos nuevos proyectos, ampliamos las inversiones, etc. Pero ahora todo está cambiando, estamos avanzando hacia un desarrollo intensivo y de calidad", señaló Lu Jinyong, jefe del Centro de estudios de inversión extranjera directa y profesor de la Universidad de negocios y economía internacionales, en declaraciones a Sputnik.
En su informe, Moody's señala que las autoridades chinas tampoco desechan la infraestructura tradicional. Los proyectos de construcción de nuevas carreteras, líneas de metro y ferrocarriles seguirán siendo una importante fuente de crecimiento del PIB y atraerán inversiones.
China se centra en la nueva infraestructura precisamente porque abre nuevas oportunidades para el desarrollo de las industrias tradicionales también. Por ejemplo, las inversiones en 5G y en la inteligencia artificial estimularán el desarrollo del transporte no tripulado. Pero su funcionamiento normal puede requerir una mejora de las carreteras, la renovación de las señales de tráfico, etc. Es decir, la aparición de nuevas tecnologías amplía los horizontes de crecimiento y aplicación también a las viejas industrias.
Las perspectivas para el mercado chino son enormes. Solo Shanghái planea gastar 38.000 millones de dólares en los primeros 48 proyectos relacionados con la nueva infraestructura. Para los próximos dos años en una megalópolis se planea establecer más de 30.000 nuevas bases para 5G y abrir más de 100 estaciones de carga inteligentes para los autos eléctricos.