"La variación negativa de 1,00% registrada en septiembre de 2020 se explica, principalmente, por el decremento de precios en la división alimentos y bebidas no alcohólicas", señaló la oficina estadística estatal en su boletín mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Explicó que el índice inflacionario fue presionado a la baja en septiembre por la reducción generalizada de precios de alimentos básicos, en el marco de una progresiva normalización de los mercados tras la etapa más dura de la pandemia de COVID-19.
Con el índice negativo de septiembre, cuarta vez que bajan los precios minoristas en Bolivia este año, la inflación acumulada en los nueve primeros meses se ubicó en 0,45%.
El Gobierno transitorio boliviano prevé para este año una inflación acumulada de 1,7% este año y una caída de 6,2% del Producto Interno Bruto (PIB), según un reajuste de metas macroeconómicas anunciado a mediados de septiembre como consecuencia de la pandemia de COVID-19.
Las anteriores metas oficiales para 2020 eran una inflación máxima de 3,4% y un crecimiento de 3,5% del PIB.