Unos 5.546 vecinos de Casariche viven desde las 8:00 horas del miércoles 30 de septiembre dos semanas de confinamiento tras el decreto de la Junta de Andalucía al desbocarse en las últimas semanas la tasa de incidencia hasta los 4.545 por cada 100.000 habitantes. Lo que viene agravado por las dimensiones de la localidad y el "alto contacto familiar", según la Consejería de Salud y Familia.
Además, se han reducido las reuniones familiares a un máximo de 6 personas si no son convivientes en la misma unidad familiar y se limita el aforo de establecimientos comerciales, bares y restaurantes al 50%. No obstante, la movilidad interna está permitida, aunque el consistorio recomienda "que únicamente se salga de casa por motivos irremplazables".
Casariche es inusual centro de atención informativa desde que los rebrotes vinculados a la celebración de tres bodas y un funeral desde finales de agosto desbocaran los contagios. Para todas las fuentes consultadas por Sputnik, las restricciones de la Junta llegan tarde, el alcalde, Basilio Carrión, aclaraba en la TV regional que "la movilidad interna ya la habíamos reducido antes, ya lo habían hecho los vecinos, teniendo en cuenta que hasta ahora, había recomendaciones y no obligaciones. Si este nuevo paso ayuda bienvenido, pero ya estamos en receso, esto debería haber sucedido antes".
En la misma línea se expresa Susana, lleva dos semanas de confinamiento tras haber, ella y su marido, sido positivos tras asistir a una de las bodas de la polémica. "En casa estábamos deseando recuperarnos y salir, pero ahora el ambiente es malo, se nota la tristeza en Casariche", cuenta a Sputnik.
"Las restricciones llegan tarde, ya se notan los contagios en las localidades de alrededor, la asistencia médica está colapsada, está claro que necesitamos más medios", concluye Susana, que no entiende por qué no se han suspendido las clases en el colegio y el instituto de la localidad.
"Además, se habla de las bodas como si nosotros tuviéramos la culpa, las bodas se hacen porque se pueden hacer, son legales, igual que ir a bares y restaurantes, o colegios, que aunque desde el pueblo lo hemos solicitado, no los cierran. Pero luego, eso sí, nos señalan a los vecinos como culpables", lamenta Mari Carmen Romero, líder de una Plataforma ciudadana que exige más recursos para la comarca.
Pueblos olvidados y abandonados
"Hemos sido abandonados y olvidados deliberadamente por la Junta de Andalucía, esta comarca está a la cola de la sanidad de todo el país", nos cuenta Mari Carmen Romero.
Junto a vecinos de diversas localidades, y tras ver como su padre moría en el traslado en ambulancia al Centro de Salud de Estepa, a 25 km de su localidad, Badolatosa, decidió impulsar la Plataforma médico 24 Horas Sierra Sur de Sevilla. "Esta es la Zona Básica de salud (ZBS) más extensa y poblada de Andalucía, sin embargo, tenemos graves carencias y Casariche hoy es el mejor ejemplo. Ya teníamos falta de recursos, por eso la pandemia es devastadora aquí".
"En estas localidades, si tienes que hacer frente a una urgencia grave, más vale rezar, porque pasarás de media más de una hora esperando a la ambulancia y casi otra para que te lleven al centro de salud más cercano. Y si quieres visitar a tu médico, incluso teniendo cita, tendrás que esperar unas tres horas", relata Romero.
Romero lleva desde 2010 batallando por contar con más servicios y con más profesionales, otra gran carencia en la región, debido a la precariedad de contratos que ofrece la sanidad pública andaluza.
Bombas de relojería
"La asistencia primaria es la próxima gran bomba de relojería de esta pandemia", revela a Sputnik el portavoz de la oposición andaluza de Sanidad, Jesús María Ruiz (PSOE). La práctica de cerrar centros de salud y puertas de urgencias en los meses estivales es recurrente en Andalucía y venía siendo coordinada con los municipios afectados. Pero muchos espacios siguen, ya a las puertas del otoño pandémico, clausurados debido al COVID. No obstante, llama la atención como establecimientos y comercios de toda índole han podido habilitar circuitos COVID de seguridad, no así estas dependencias sanitarias andaluzas.
"Esta práctica ha debilitado a la asistencia primaria en zonas donde había y hay muchas necesidades, se han cancelado los programas de salud paralelos como Niño Sano, atención a diabéticos, prevención de la obesidad y todo esto está generando una descompensación enorme cuyos efectos están por ver", alerta Ruiz.
Los efectos de la falta de atención médica regular se evidencian en los famosos informes de MoMo del Instituto Carlos III, que en Andalucía, para los mayores de 74 años, reflejaron un exceso del 20% en marzo y abril. Pero ese mismo +20%, ha seguido resaltando en julio y agosto. Estas carencias y sus efectos llevaron el pasado 25 de septiembre al Parlamento andaluz a la aprobación de una Proposición no de Ley (PNL) presentada por la oposición para reabrir todos los centros sanitarios.
Localidades como Villaverde del Río (Sevilla), por ejemplo, destacan por contar con 869,8 por cada 100.000 habitantes en la tasa PCR a fecha de 30 de septiembre, pero la realidad es que a pesar de esta cifra, la puerta de urgencias en este municipio de 7.818 habitantes están cerradas. Villaverde del Río, será uno de los próximos Casariches.
Reorganizando el caos
Ante el sinsentido de contar con centros de salud, urgencias y atención primaria en desuso con la pandemia y el otoño en puertas, la propia oficina del Defensor del Pueblo Andaluz (DPA) ha abierto un expediente de queja de oficio. Fuentes de la defensoría explican a Sputnik que, tras recibir numerosas quejas y analizar el Distrito Sanitario Condado-Campiña de Huelva, uno de los 34 distritos andaluces, constatan una estrategia que "no es particular y exclusiva de los Distritos de Atención Primaria de la provincia de Huelva, (…) sino que es el modelo adoptado de forma sustancialmente uniforme en Andalucía".
Con el estado de alarma se cerraron por seguridad múltiples instalaciones y centros de atención primaria. Después llegó el verano, aunque en esta ocasión, las localidades de interior no se vaciaron por la ausencia de desplazamientos. A pesar de ello, los centros aún siguen cerrados. Los vecinos de los pequeños municipios temen que, por la vía de los hechos, queden desprovistos de otro servicio esencial más. Mientras, como por arte de magia, los rebrotes se siguen sucediendo más allá de Madrid, en las pequeñas localidades sureñas. Por su parte, desde la Consejería de Salud, no han aclarado a este medio la situación de la asistencia primaria.