La ley 29.811, en vigencia desde 2011, estableció la moratoria para el ingreso y producción de los OVM en Perú por diez años. Es decir que los cultivos de transgénicos están bajo prohibición en el territorio nacional por un periodo que se agota en 2021.
De no mediar ninguna medida legal que lo impida, el ingreso de transgénicos significaría para la biodiversidad local enfrentar un escenario de incertidumbre, cuando no peligroso, en un país que no cuenta con una institucionalidad lo suficientemente sólida para prever su impacto, regularizarlo o fiscalizarlo.
Batalla legal
Luis Gomero es agrónomo y presidente del Consorcio Agroecológico Peruano. En conversación con Sputnik, afirma que en el Congreso existe un dictamen, generado en la comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología, que plantea ampliar la moratoria sobre los OVM por 15 años más.
Para el agrónomo, la apertura hacia los transgénicos prevista para 2021 es una medida para la cual el sistema regulatorio no está listo y por eso se justifica que la moratoria se extienda.
"La ampliación de la moratoria permitirá un tiempo necesario para completar las líneas de base de los recursos de la agrodiversidad. Se tienen que identificar las zonas de agrodiversidad y es difícil, porque el país es bastante extenso. También se deben fortalecer las capacidades institucionales de las autoridades que van a encargarse del tema de la bioseguridad y se necesitan recursos, grandes proyectos, para que las organizaciones tengan la capacidad de manejar el tema de biodiversidad, así como establecer un sistema de vigilancia", dice Gomero.
Sin embargo, el agrónomo indica que dentro de los pequeños agricultores, que son mayoría en Perú, la ampliación de la moratoria debería ser una medida que apunte a la protección completa de la biodiversidad del país como objetivo final, es decir, que se declare al Perú como "un país libre de transgénicos".
"Consideramos que los transgénicos, al ser el Perú un país megadiverso, serían una amenaza real para los recursos diversos del agro, por la contaminación genética o el flujo de genes", indica el experto.
Gomero dice además que apostar a los cultivos orgánicos como alternativa puede redundar en beneficio de "la imagen bien ganada que tiene Perú con respecto al tema de agrodiversidad".
Visto así, para el pequeño agricultor el ingreso de los transgénicos sería un retroceso respecto a lo que se ha avanzado por años; además que, de permitirse su entrada, implicaría daños irreversibles, por la fácil mezcla genética que se genera en un entorno ambiental cuando ingresa una especie foránea.
Alternativa orgánica
Gomero señala además que, según el Protocolo de Cartagena, al cual está adscrito Perú como miembro de la Organización de las Naciones Unidas, el país tiene el derecho al "principio precautorio", que significa que se evalúe bien el impacto de los OVM antes de permitirse su entrada.
Por lo pronto, los agricultores orgánicos desean que los granos de maíz transgénico que se importan para alimentación sean partidos antes de su ingreso para evitar la germinación; algo que es el reflejo de un temor mayor: aquel que se le tiene a las grandes corporaciones, pues se cree que, de habilitarse el ingreso de los OVM, eso también permitiría que foráneos se lleven material genético autóctono, con posibilidades de perjudicar a los agricultores locales al apropiarse de algo que les pertenece.
Para la biodiversidad peruana es de crucial importancia que se amplíe la moratoria en el Congreso, pues, sostiene Gomero, el país aún no está listo para enfrentar la presencia de transgénicos, insistiendo que de permitirse la entrada ya no hay marcha atrás, pudiendo perder Perú recursos naturales que podrían jugar a su favor económicamente a futuro.