Semanas después, el 22 de septiembre, publican una segunda carta en la misma revista insistiendo al Gobierno de Pedro Sánchez que inicie con urgencia el análisis, para poder aprender de los errores y así superar la crisis sanitaria.
"En España se está produciendo un repunte de las infecciones por COVID-19, con algunas de las peores cifras de Europa. En agosto de 2020 instamos al Gobierno central español y a los gobiernos regionales a evaluar de forma independiente su respuesta al COVID-19 para identificar las áreas donde es necesario mejorar la salud pública y el sistema de atención sanitaria y social", recuerdan en su nueva misiva una veintena de expertos en Salud Pública y Epidemiología.
Semanas después sigue sin haber un compromiso por parte del Ministerio de Sanidad para realizar el análisis, y los investigadores exponen su preocupación por la evolución epidemiológica del COVID-19, que ya acumula más de 682.000 contagios y 30.900 contagios en España.
"La evaluación debe comenzar de inmediato e informar periódicamente hasta el fin de la pandemia", sostienen en la nueva carta los firmantes, que ven necesario identificar cuanto antes las áreas a mejorar con el fin de sortear las nuevas olas del virus.
El COVID-19 no da tregua en España
"Durante el confinamiento debieran haberse realizado cambios legislativos que favoreciesen la gestión de los posibles brotes de la pandemia que pudieran presentarse después, pues la Ley de Medidas Especiales de Salud Pública de 1896, no está pensada para una pandemia", explica a Sputnik el Profesor Emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela y uno de los impulsores de la carta, Juan Jesús Gestal.
El experto apunta a que se deberían haber aprovechado los meses de confinamiento para "prepararse para las siguientes oleadas", reforzando áreas como el rastreo y la atención primaria "agotada" tras los primeros meses de la crisis.
"Nada de esto se hizo. Se abandonó el confinamiento con prisas y saltándose algunas fases algunas comunidades autónomas, y tras el final del estado de alarma el Gobierno del Estado desapareció dejando a las comunidades sin coordinación", subraya Gestal.
Ahora los contagios en España no paran de crecer y superan los 10.000 diarios, aunque las autoridades siguen insistiendo en que la situación actual está lejos de la gravedad de los primeros meses de pandemia.
No obstante, la incidencia del virus entre la población crece a diario y refleja el empeoramiento de la situación epidemiológica en España: en las últimas dos semanas se situó en 280 casos por cada 100.000 habitantes.
Además, la ocupación de camas hospitalarias por pacientes de COVID-19 está ya en el 9,5%, con más de 11.000 personas ingresadas por la enfermedad.
Una de las cifras más preocupantes es el número de fallecidos reportados a diario, que en la última jornada llegó a 244, datos que no se veían desde principios del mes de mayo.
Una auditoría urgente e independiente
"Esta evaluación no puede ser un elemento histórico o algo que se haga al final de la pandemia. Creemos que tiene que comenzar ya, de forma inmediata", afirma en declaraciones a Sputnik otro de los firmantes de la carta, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia José María Martín-Moreno.
Sin embargo, considera que si se hubieran analizado de forma sistemática las carencias del sistema de salud y asistencial para fortalecerlas "muy probablemente España no estaría en una situación como la actual".
Ante esta situación, los expertos ofrecen en su segunda carta varias recomendaciones sobre cómo el Gobierno debería conducir la auditoría independiente sobre la pandemia.
"El primer requisito es la urgencia; la evaluación debe comenzar de inmediato e informar periódicamente hasta el final de la pandemia", sostienen los investigadores.
En un país con "altas tensiones políticas", también animan al "apoyo generalizado" de partidos políticos, asociaciones científicas, profesionales de la salud, pacientes y cuidadores, la sociedad civil y la sociedad en su conjunto.
"La reacción a nuestra primera carta fue positiva entre todas las partes interesadas, y los gobiernos deberían capitalizar ese consenso", afirman.
En cuanto a las características del análisis, los científicos destacan la necesidad de conducir una auditoría independiente de cualquier gobierno, con expertos que no hayan trabajado para el Estado ni las regiones, tanto de origen español como internacional.
Asimismo, piden que la auditoría evite apuntar a responsables de los errores que se hayan podido cometer en la gestión de la crisis sanitaria: "hay que evitar convertir esta investigación en una búsqueda de culpables y convertirla en una búsqueda de soluciones, que es lo que necesitamos ahora", apunta Marín-Moreno.
Finalmente, el equipo que realice la investigación debería contar con un equilibrio de género e integrar expertos de varias disciplinas que puedan analizar los efectos tanto sanitarios como económicos y sociales del coronavirus.
"La evaluación debe incluir tres áreas: gobernanza y toma de decisiones, asesoramiento científico y técnico, y capacidad operacional en los que respecta a la salud, pero también deben de evaluarse las circunstancias sociales y económicas que han contribuido a que España sea más vulnerable, incluidas las crecientes desigualdades", dice por su parte Gestal.
Pendiente de abordar en octubre
El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene previsto mantener una reunión con una pequeña representación del grupo el próximo 1 de octubre, una cita que ven tarde dada la urgencia de la situación del COVID-19.
"El ministro Illa solicitó tener una reunión con nosotros donde se puedan discutir estos aspectos, algo que consideramos un paso en la buena dirección. Que se convierta en realidad o no lo que hablemos está por ver", dice Martín-Moreno.
Los impulsores de esta iniciativa no pretenden participar en ella de forma directa, explica, aunque se prestan a colaborar si hiciera falta. Su principal objetivo es que el estudio se lleve a cabo y que lo haga gente competente y sin conflicto de intereses.
"No se trata de repartir culpas sino de identificar debilidades y fortalezas, y lecciones aprendidas que permitan mejorar la capacidad de respuesta ante nuevas ondas de la pandemia", concluye Gestal.