Los científicos analizaron las rocas subterráneas y los fluidos en el segmento de la falla de San Andrés cerca de Parkfield, California, estudiando el problema de abajo hacia arriba.
"La mayor parte de la sismicidad de California se origina en los primeros 16 kilómetros de la corteza, pero algunos temblores en la falla de San Andrés ocurren mucho más profundamente", afirmó Sylvain Barbot, profesor asistente de ciencias de la Tierra de la USC.
"Demostramos que una sección profunda de la falla de San Andrés se rompe con frecuencia y derrite las rocas anfitrionas, generando estas ondas sísmicas anómalas", agregó.
Utilizando modelos matemáticos y experimentos de laboratorio con rocas, los científicos realizaron simulaciones basadas en los datos recogidos en la sección de la falla de San Andrés por debajo de Parkfield. Además simularon la dinámica de la actividad de la falla en las profundidades de la Tierra durante 300 años para estudiar un amplio rango de tamaños y comportamientos de ruptura.
Gradualmente, el movimiento a través de los trozos de granito y cuarzo, genera calor debido a la fricción. A medida que el calor se intensifica, los bloques de roca comienzan a cambiar. Cuando la fricción empuja las temperaturas por encima de los 343 grados Celsius, los bloques de roca se vuelven menos sólidos y más líquidos.
Comienzan a deslizarse más, generando más fricción, más calor y más fluidos hasta que se deslizan uno al lado del otro, desencadenando rápidamente un terremoto.
"Al igual que cuando nos frotamos las manos en el frío para calentarlas, las fallas se calientan cuando se deslizan", explicó Barbot.
Señaló que los movimientos de las fallas pueden ser causados por grandes cambios de temperatura, lo que puede causar un deslizamiento aún más rápido, generando eventualmente un terremoto.
Los hallazgos son significativos porque ayudan a avanzar en el objetivo a largo plazo de comprender cómo y dónde es probable que ocurran los terremotos, junto con las fuerzas que desencadenan los temblores.
Parkfield fue elegido porque es uno de los epicentros más intensamente monitoreados del mundo. La falla de San Andrés pasa por delante de la ciudad, y se rompe regularmente con importantes terremotos. Los terremotos de magnitud seis han sacudido la sección de Parkfield de la falla en 1857, 1881, 1901, 1922, 1934, 1966 y 2004, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El estudio fue publicado en Science Advances.