"Estamos sumamente preocupados por lo que está sucediendo en Malí en las últimas horas. La estabilidad de la región y Malí, la lucha contra el terrorismo deben ser prioridades absolutas. Llamamos a liberar de manera inmediata a los presos y a volver al campo legal", dijo Michel.
A su vez, la canciller federal alemana, Angela Merkel, afirmó que la UE condena el intento de realizar un golpe de Estado en Malí.
"Condenamos el golpe de Estado, abogamos por la estabilidad en Malí y una solución pacífica", dijo Merkel tras una videoconferencia de los jefes de Estado y de gobierno de la UE.
Señaló que el motín militar "hasta ahora no ha afectado" la presencia de contingente europeo en Malí.
La canciller indicó que los soldados alemanes, cuyo número en Malí se redujo por la pandemia de coronavirus, se encuentran en sus cuarteles.
"La sede de Minusma (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de la ONU en Malí) está ubicada a una distancia considerable de Bamako. Por supuesto, seguimos de cerca la situación, estamos en contacto con Francia. Por el momento esto no afecta de ninguna manera las actividades de los militares", concluyó.
El 18 de agosto en Malí estalló un motín en una base militar situada cerca de la capital, Bamako. Un grupo de altos cargos militares se amotinaron y detuvieron al presidente Ibrahim Boubacar Keita y a varios ministros. Horas después el mandatario anunciaba su dimisión y la disolución del Parlamento y del Gobierno.
Las tensiones políticas en el país africano se han agudizado desde la reelección de Keita como presidente del país en agosto de 2018, en unos comicios marcados por numerosas irregularidades, según la oposición.
Al presidente, de 75 años, le acusan de corrupción, incapacidad para combatir a los insurgentes yihadistas que no paran sus ataques desde 2012, y de la crisis económica agravada por la pandemia del COVID-19, en un país dependiente de la producción de oro y algodón.
Las tensiones en el Mediterráneo Oriental
Además, la canciller de Alemania declaró que la UE está preocupada por las tensiones en la región del Mediterráneo Oriental y expresa su solidaridad con Grecia y Chipre en relación con la violación de sus derechos.
"Expresamos nuestra preocupación común por las tensiones en el Mediterráneo Oriental", dijo Merkel.
Agregó que "se deben hacer todos los esfuerzos para desescalar la situación que es muy peligrosa".
"Expresamos nuestra solidaridad con Grecia y Chipre, ya que se trata de sus derechos, otra vez subrayamos que en la cumbre extraordinaria de la UE en septiembre examinaremos profundamente nuestras relaciones con Turquía", precisó la canciller.
Subrayó que Alemania "aboga por reanudación del diálogo" sobre disputas territoriales entre Grecia y Turquía.
El pasado 10 de agosto, Turquía informó de que su buque Oruc Reis comenzaba estudios sismológicos en el Mediterráneo Oriental, área que Grecia considera su zona económica exclusiva. El país heleno puso a sus Fuerzas Armadas en alerta máxima.
Al día siguiente, la guardia fronteriza de Turquía informó que un barco privado turco fue atacado en el Mediterráneo desde el territorio griego, a 13 kilómetros de la ciudad de Marmaris, tras la agresión tres personas —dos turcos y un ciudadano sirio— resultaron heridas y fueron hospitalizadas.
Turquía anunció el 7 de agosto que tenía previsto reanudar las actividades exploratorias y de extracción de hidrocarburos en el Mediterráneo Oriental después de que Grecia y Egipto habían firmado el día anterior un nuevo acuerdo de delimitación de fronteras marítimas, que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó de ilícito y no válido.
A finales de noviembre de 2019, Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia, avalado por la ONU, suscribieron un convenio que traza los límites marítimos entre los dos países cerca de la isla de Creta. En ese entonces, Grecia denunció que Turquía se estaba apropiando de sus derechos soberanos.