Mediante un donativo, sugerido, de 45 pesos (dos dólares) es posible acceder desde una conexión de Internet y disfrutar de alguno de los espectáculos programados y que tratan de resumir la variada oferta que tradicionalmente programan las salas mexicanas y que ha tenido que moverse hacia la virtualidad debido a los protocolos sanitarios.
"Para nosotros, el COVID-19 se ha convertido en una realidad incontrovertible que hemos tenido que afrontar con toda responsabilidad", señala a Sputnik la productora de Teatro Insurgentes, Tina Galindo. La compañía debió suspender desde comienzos de la pandemia las funciones del musical Sugar, que empezaba su segundo año de presentaciones.
"Tenemos que defender, arropar y proteger a nuestros actores, los visibles y los invisibles, todos los que están detrás de los escenarios y que hacen posible que el teatro sea un espejo del alma", dice Galindo.
Distancia teatral
Las plataformas virtuales se han erigido como una posibilidad, pero Galindo y otros participes del mundo del teatro mexicano señalan que tiene sus limitaciones, sobre todo cuando se trata de producciones de alto costo.
El Teatro Helénico, otra de las salas icónicas de la capital mexicana, ha puesto en marcha en colaboración con la Secretaría de la Cultura de una cartelera de 91 obras de grupos de teatro independiente.
"Es que hace falta el aplauso. El contacto con el público para el actor es fundamental", indica Héctor Guzmán, actor de Café Don Porfirio, un teatro sobre la plaza del monumento a la Revolución.
Debido al COVID-19, desde hace ya 150 días las salas de teatro mantienen cerradas sus puertas en la capital mexicana, una situación inédita que ni siquiera había ocurrido tras los terremotos de 2017 y 1985 o la pandemia de H1N1 en 2009.
"Esas veces fueron apenas unas semanas, ahora apenas intentamos sobrevivir al aislamiento que es lo peor", agrega Guzmán.
En la plataforma de Contigo en la Distancia se presentan diversos formatos: desde monólogos, obras completas de teatro, danza y música, además de lecturas de guiones y hasta talleres de actuación.
Abrazos con traje
Pero la pandemia también ha comenzado a dejarse ver en la temática de las obras, como ocurre con Trajes de abrazos, comedia en la que una pareja se enfrenta en 2021 a las consecuencias del contagio.
Los ensayos, relató ante periodistas una de las protagonistas, Yolanda Ventura, han resultado ser más complicados de lo esperado, pues deben realizarse con conexiones de Internet, que no siempre funcionan.
"La obra sucede en junio de 2021, cuando la pandemia continúa y la pareja que protagoniza la obra debe recurrir a 'trajes de abrazo' para poder contactarse sin contagiarse", relata Ventura en una conferencia de prensa virtual.
En la primera presentación tuvieron 600 espectadores que pagaron cada uno 120 pesos (4,5 dólares) por ver la obra, que se sigue representando los jueves y sábados.
Mientras los actores de Trajes de abrazos realizan su función en tiempo real, otros productores han buscado posibilidades distintas como el streaming (difusión en tiempo real) de obras pregrabadas.
Una versión de la obra grabada en Buenos Aires es ofrecida a quienes habían comprado boletos con anticipación.
Finalmente, otra compañía, Lobo Producciones, intenta además que la virtualidad sirva para apoyar a los actores, escenógrafos, taquilleros y demás personal que se ha quedado sin trabajo.
Permite asistir a procesos de primera lectura de guiones de actores, un estado al que difícilmente el público tiene acceso.
"Es una oportunidad única para ver lo que le ocurre a un actor cuando se enfrenta por primera vez a un texto", señaló Ana Mancilla, una de las promotoras.
El dinero que se recaude será donado a beneficio de la Casa de Actores de Teatro en retiro que lleva el nombre de Mario Moreno, nombre real del gran actor cómico Cantinflas.