Es sabido que la pandemia de COVID-19 ha afectado de forma más aguda a América Latina que al resto del mundo. De los 10 países con más contagios de COVID-19 a nivel mundial la mitad son latinoamericanos.
Para el periodista y médico colombiano Víctor De Currea-Lugo, en diálogo con Sputnik, lo que vive Colombia se debe a una "crisis estructural y política" que tiene su origen mucho antes de la pandemia, producto de "un sistema al servicio del capital".
"El retroceso es enorme. Esto se ha convertido en un sálvese quien pueda; quien pueda y tenga forma de sustentar los elementos para protegerse. El retroceso es enorme", observa por su parte el periodista colombiano Bray Martínez Ariza en declaraciones a Sputnik.
El Gobierno de Iván Duque, electo en 2018, ha invertido unos 6.620 millones de dólares, equivalentes al 2% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional, para paliar los daños de la pandemia según un estudio de la Universidad de Columbia en Nueva York. El promedio general de inversión fiscal de América Latina es 2,4%.
Sin embargo, más que la cantidad, es hacia dónde se dirige ese dinero público lo que no alcanza a cubrir las demandas del sistema de salud. En Bogotá, por ejemplo, más del 90% de las Unidades de Cuidado Intensivo se encuentran ocupadas, y buena parte de los fondos ha sido destinada a la contención de los bancos nacionales.
Brecha de desigualdad
Los datos más recientes del Banco Mundial (2018) ponen a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo, con un índice de Gini del 50,4%, superado en América Latina solo por Brasil (53,9%) y Honduras (52,1%).

"La brecha social es tan grande que hace que la gente no tenga capacidad de ahorro. Hay una población que no puede aguantar en sus casas; o sale a buscarse la vida o se muere de hambre", sostiene De Currea-Lugo. Ese es uno de los puntos que identifica como clave para entender la imposibilidad de contener la pandemia en Colombia.
"Cuando llega la pandemia lo que hace es desnudar el sistema, evidencia lo que ya hay", explica. Sumado a la crisis laboral, el sistema sanitario limitado y la escasez de políticas públicas por parte de las autoridades conforman la tríada que, a su entender, devela el porqué de la inmensa crisis que atraviesa el país sudamericano.
Sistema sanitario
El sistema de salud colombiano tiene una particularidad propia de pocos países de Latinoamérica, junto a Chile y República Dominicana, que De Currea-Lugo califica como característico del "modelo neoliberal" que existe en su país.
Dichas empresas son las que reciben y administran las subvenciones públicas para contener la pandemia pero, en los hechos, "no fortalecen el sistema de salud", dice De Currea-Lugo. Al contrario, desde el inicio de la pandemia el personal de salud ha visto aumentada su carga laboral y reducido su sueldo, a lo que se le suma que a muchos trabajadores les deben varios meses de salario, cuenta De Currea-Lugo.
En huelga de hambre, el personal de salud del Hospital Rosario Pumarejo de López. Favor difundir... eso va de mal en peor@ZulmaCucunuba @CarolinaCorcho @FedemedicaC @DefensoriaCol pic.twitter.com/JEtGLsKpGg
— Víctor De CurreaLugo (@DeCurreaLugo) August 3, 2020
"Las EPS no les están dando los materiales adecuados a los hospitales. Hay una política para no darle los requerimientos a los pacientes. Conozco muchos casos de colegas médicos que han comprado desde su propio bolsillo tapabocas y otros materiales médicos", explica.
La reticencia a la ayuda cubana
A mediados de julio, y en medio de un alto pico de contagios en Antioquia (noroeste colombiano), que ya supera los 40.000 casos, el alcalde de Medellín Daniel Quintero había solicitado vía carta ayuda médica a España y a Cuba, con el fin de reforzar el personal médico de la ciudad, lo que produjo malestar en figuras como el senador y expresidente de Colombia Álvaro Uribe (2002-2010).
Consultado al respecto, Martínez Ariza sostiene que detrás de la negativa hay "un tema evidentemente político". A pesar de la figura de Duque, la derecha continúa siendo "dirigida por Álvaro Uribe, y cualquier tendencia de izquierda es catalogada como mala porque priman las intenciones políticas sobre el bienestar de la población", opina.
Consecuencias
El panorama a mediano plazo para el país es preocupante. Para Martínez Ariza, el Estado "ha dejado en total abandono a la ciudadanía", y eso se traduce en millones "que regresan a la pobreza", lo que traerá, además, un incremento de la violencia social y el narcotráfico.
Por su parte, De Correa-Lugo destacó el aumento de la violencia policial, la cantidad creciente de asesinatos de líderes sociales, y la persecución a los excomandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a pesar del acuerdo de paz firmado en 2016 con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
Lo que se viene es una polarización social que se va a ver gravemente acentuada por el aumento de la pobreza, la violencia y la desigualdad, dice.
"Cuando uno prioriza los bancos en vez de la gente; las empresas de salud antes que los hospitales; y el mercado antes que la vida humana pues ya sabes de qué lado están, no hay nada más que discutir. Y ese es el modelo implementado", finaliza.