A poco más de un mes de haber levantado la cuarentena en 18 de las 25 regiones del país, y dos semanas desde que se reinició el transporte regular de pasajeros entre provincias, el domingo 2 de agosto Perú superó los 7.000 contagios diarios. Hay una persona contagiada por cada cuatro pruebas realizadas. La cantidad de personas contagiadas aumentó drásticamente en las últimas semanas; a principios de junio había unos 3.000 nuevos casos por día.
🇵🇪 Ministro: en 100 días de cuarentena por COVID-19 en Perú se han salvado 145.000 vidas
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Este lunes 3 de agosto, en Perú se contaban casi 430.000 casos positivos de COVID-19 y 20.000 muertes, según reportó el Ministerio de Salud del país. Pese a haber sido uno de los primeros países latinoamericanos en decretar el confinamiento y toques de queda, cerrar las fronteras y exhortar a la población a que únicamente salir en caso de tener que comprar alimentos y medicamentos, hoy Perú es el tercer país con más casos en la región y el séptimo a nivel mundial.
COVID-19 en Perú: zonas rojas de contagio
Uno de los nuevos epicentros del COVID-19 es la ciudad sureña de Arequipa, donde nunca se levantaron las medidas de confinamiento desde que el Gobierno las aplicó el 16 de marzo pasado.

En Cusco, otros de los epicentros de contagio, el sistema de salud también está sobrepasado. Allí se flexibilizaron las medidas de cuarentena el 1 de julio, aunque su capital homónima debió reincorporarla hasta finales de agosto.
Entretanto, en Lima, donde se concentra el 60% de los casos de COVID-19 del país y más del 25% de la población está afectada, los hospitales continúan al límite.
¿Por qué ha llegado a propagarse tanto el COVID-19 en Perú?
Varios expertos consideran que algunos problemas preexistentes de la economía y la sociedad peruana podrían explicar por qué Perú todavía no ha podido contener el brote.
- Informalidad laboral
Alrededor del 71% de la población activa en Perú vive de la economía informal o se desempeña en oficios en los que obtienen sus ingresos día a día. Según dijo a BBC Mundo el investigador principal del centro peruano de investigaciones GRADE, Hugo Ñopo, muchos peruanos cumplieron con minimizar sus salidas fuera de casa, pero las condiciones económicas precarias y la obligación de tener que ir a lugares con aglomeración, entre otras circunstancias, impidieron que se cumpliera con el objetivo más importante de la lucha contra el nuevo coronavirus: maximizar la distancia social.
"Estamos hablando de hogares donde el ingreso monetario es diario y por lo que su logística de funcionamiento también es diaria", señaló Ñopo. "Los peruanos que tenían que salir a trabajar [tanto de sectores formales como informales] fueron a estaciones de transporte, o los peruanos que salieron a hacer compras [o a vender] han ido a mercados muy aglomerados donde no se ha respetado en absoluto la distancia social", agregó.
A su vez, los paquetes de ayuda que el Gobierno ha destinado a la población más afectada se realiza a través de depósitos bancarios, lo que ha generado que los bancos se conviertan en focos de contagio. Sin embargo, solo el 38,1% de los peruanos adultos tiene cuenta bancaria, según el reporte de inclusión financiera de la Superintendencia de Banca y Seguros de Perú de junio de 2019 publicado por BBC Mundo.
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Aunque el Ejecutivo ofreció opciones virtuales para recibir los bonos, muchos de los beneficiarios tuvieron que ir personalmente a los bancos a cobrarlos, y por lo tanto formar colas y aglomeraciones.
- Precariedad de las condiciones de vida
Según datos de junio de 2020 publicados por la Agencia Peruana de Noticias, sólo el 58,2% de la población posee una refrigeradora o congeladora, por lo que el resto debe conseguir alimentos casi diariamente. Estos hogares "no cuentan con una logística que les permita abastecerse de alimentos por muchos días", dijo Ñopo a BBC Mundo.
A su vez, los peruanos no sólo se ven obligados a aglomerarse en los mercados, sino también en sus casas. Según la Encuesta Nacional de Hogares de 2019 publicada por BBC Mundo, el 11,8% de hogares pobres de Perú ocupa viviendas hacinadas, lo que dificulta mantener la distancia social en casa.
"Es decir, [estos hogares] tienen a cinco o más personas viviendo en casas que o no tienen una habitación para dormir, o sea, solo una sala o algo así, o que tienen solo una habitación para cuatro o más personas", explicó Ñopo.