Según el político, existe el peligro de que el 3 de noviembre se cometa un fraude electoral a gran escala en caso de que se usen papeletas de voto por correo. Esta práctica puede hacer que las elecciones presidenciales del 2020 sean las "más inexactas y fraudulentas en la historia" de EEUU.
A su vez, los adversarios de esta práctica han advertido sobre numerosos problemas potenciales con la votación por correo basándose en los resultados de elecciones anteriores: desde unos votos "perdidos" hasta unas boletas rechazadas por haber llegado tarde, pero sin culpa del votante. Una investigación del think tank conservador The Heritage Foundation señaló otros problemas: la falta de supervisión por parte de los funcionarios electorales, lo que, según afirmó, hacía "más fácil robar, falsificar o alterar" las papeletas, "así como intimidar a los votantes".
Esta ofensiva de Trump sobre la votación por correo no es nueva. En mayo, el presidente estadounidense amenazó con retirar fondos de Michigan y Nevada después de que estos estados anunciasen planes para enviar por correo boletas de ausencia a los votantes para las elecciones estatales y federales.
¿Puede Trump retrasar legalmente las elecciones?
Teóricamente, el Congreso de EEUU tiene la capacidad de adelantar o retrasar las elecciones presidenciales. Pero hacerlo requeriría la aprobación tanto de la Cámara de Representantes (actualmente controlada por los demócratas) como del Senado (controlado por los republicanos, muchos de los cuales han apoyado esta práctica de votación).
Incluso si Trump y el Congreso milagrosamente llegan a posponer las elecciones presidenciales, la 20ª enmienda a la Constitución de EEUU establece una fecha clara en la que finaliza el mandato presidencial: las 12:00 del mediodía del 20 de enero. Después de este día, según las reglas de sucesión presidencial, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, o el miembro de mayor antigüedad del partido mayoritario en el Senado, sustituiría a Trump en su puesto. En el segundo caso podría ser el senador republicano de Iowa Chuck Grassley, de 86 años, o el senador demócrata de Vermont Patrick Leahy, de 80 años.
Al mismo tiempo, incluso en caso de que la pandemia de coronavirus empeorase hasta tal punto de que algunos estados opten por cancelar las elecciones, los legisladores estatales podrían votar para elegir al candidato que ganará en su estado. Sin embargo, esto ocurrió por última vez en 1860 en el estado de Carolina del Sur.
No obstante, varias horas después de ser preguntado si las elecciones deberían ser postergadas, el mandatario afirmó que no quiere retrasar las elecciones. Al mismo tiempo, Trump volvió a manifestarse en contra de la idea de realizar los comicios mediante el voto por correo.
"Quiero tener la elección. Pero tampoco quiero tener que esperar 3 meses y entonces descubrir que todas las papeletas están perdidas y la elección no significa nada", destacó.