¿Entre la vendetta y el premio?
Barajar y dar de nuevo. Es lo que acaba de hacer Piñera en su Gobierno. A medio camino entre una demostración de 'quién manda', y algo muy parecido al rencor por la aprobación de una ley a la que se oponía, justamente el presidente decidió ubicar —¿o premiar?— en esos cargos a políticos que votaron en contra de la nueva normativa. Entonces, estalló la polémica.
Con estos cambios "se acallan las voces más disidentes que estaba teniendo el Gobierno", sentencia al respecto el analista internacional chileno Pablo Jofré Leal.
Estas mudas del Gobierno —en algún caso enroque— tienen lugar después de que el 23 de julio pasado el Congreso diera luz verde al proyecto de ley que permite a los chilenos retirar el 10 % de sus fondos de pensiones para aligerar el mazazo que la pandemia del coronavirus ha provocado en sus economías.
Huelgan los comentarios del ejecutivo respecto a esta aprobación, cuando obtuvo 116 votos a favor, 28 en contra y 5 abstenciones en la cámara de diputados, pero no así sus acciones: Piñera decidió que algunos de los 28 legisladores que votaron en contra, ocupen ahora un lugar en su gabinete.
Explica que la iniciativa del retiro de fondos previsionales para paliar la crisis económica del país, "dividió profundamente a aquellos que son más defensores del modelo neoliberal dentro del Gobierno, y aquellos que tienen un sentido más cercano a las necesidades sociales y que dijeron: 'O apoyamos estas medidas de paliar la crisis en lo económico, o simplemente el país se nos incendia'".
Eso provocó, de acuerdo al también periodista, que dos tercios del senado, y dos tercios de la Cámara de diputados votaran a favor del retiro de fondos previsionales, lo que a su vez generó una tremenda crisis al interior de Gobierno que se la había jugado por el rechazo a esta medida, y más bien imponer medidas económicas surgidas desde el seno de la Administración Piñera.
Las nuevas 'manos derechas' de Piñera
En esa danza de nuevos nombres en esos cargos de confianza, la que más ruido hizo fue la investidura como ministro del Interior a Víctor Pérez, senador del partido derechista Unión Demócrata Independiente [UDI], donde releva a Gonzalo Blumel quien estaba al frente de esa cartera desde octubre de 2019 cuando explotaron las protestas antigubernamentales, a las que sólo se interpuso el coronavirus.
El historial de Víctor Pérez muestra que fue alcalde de Los Ángeles, en la región de BioBío, entre los años 1981 y 1987, nombrado por la dictadura de Augusto Pinochet. También, diputado por cuatro periodos consecutivos desde 1990, y desde 2006 se desempeñaba como senador.
La nueva configuración del gabinete anticipa que "se endurece la mano del Gobierno en virtud de las peticiones sociales, que tienen que ver con el cambio constitucional, con necesidades económicas, con necesidades políticas de reformas estructurales al país", señala Jofré Leal.
"Se ha optado por nombres del ala dura del oficialismo, vinculados estrechamente a los resabios del pinochetismo. Una derecha que está dando manotazos de ahogado, y que a la hora de discutir sobre cambios estructurales, las contradicciones son tan evidentes que originan este cambio ministerial", remacha Pablo Jofré Leal.