Muchos textos chilenos o artículos de Internet reducen la labor del machi a un "médico mapuche", o un curandero. Pero este cargo implica mucho más. Es un don que solo ostentan algunos mapuche que les otorga poderes curativos, revelaciones sobrenaturales, sueños premonitorios y la entereza necesaria para liderar espiritualmente a una comunidad.
Córdova considera que la condena judicial chilena que lo mantiene recluido, sin poder realizar estos rituales ni guiar a su comunidad, viola el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales firmado por Chile.
Este miércoles 29 de julio, el machi cumplió 87 días en huelga de hambre pidiendo en particular que se le permita terminar el resto de su condena en su comunidad, tanto a él como a otros 40 presos mapuche en distintas cárceles del país. Pero también es un llamado de atención al Estado chileno, como parte de la reivindicación territorial histórica del pueblo mapuche en contra del país.
Riesgo de muerte
Cristina Romo es la vocera del machi, y en conversación con Sputnik explicó que Córdova fue trasladado de la cárcel de Temuco (sur) al hospital de la región hace algunas semanas debido a su precaria condición de salud por la huelga. "Su situación es bastante crítica, cada día que pasa es una lucha por la vida".
A la lucha de Córdova se unieron otros 27 presos mapuche en las cárceles de Temuco, Angol (sur) y Lebu (sur), quienes también comenzaron una huelga de hambre. Pero el caso del machi es el más complicado, debido a las secuelas que le dejó la primera manifestación en 2018.
"Él está plenamente consciente de la situación y está dispuesto a dar su vida para que se avance en este sentido", cerró.
Estigmas y discriminación
Córdova fue condenado por el crimen del matrimonio de los empresarios Werner Luchsinger y Vivian Mackay, quienes fallecieron en enero de 2013 luego de que desconocidos quemaran su casa con ellos adentro. Él fue encontrado en las cercanías del lugar, con una herida de bala.
Algunas comunidades han encontrado aliados políticos en los sectores del ala izquierdista de la oposición chilena. De hecho, la diputada del Partido Comunes (izquierda), Claudia Mix, visitó a Córdova el pasado fin de semana en el hospital de La Araucanía, uniéndose a su causa.
"En Chile todavía se estigmatiza y discrimina al pueblo mapuche. El Gobierno se está negando a acatar un convenio internacional que resguarda a los pueblos originarios, siendo esta la muestra más evidente del racismo que enfrentan los indígenas en el país", dijo Mix, en conversación con Sputnik.
Asimismo, aclaró que "Córdova y los demás comuneros presos en huelga de hambre no están pidiendo un trato privilegiado, ni tampoco creen estar por sobre la ley. Ellos exigen que el Gobierno de Chile respete el Convenio 169 de la OIT, que se respete la cultura mapuche y que puedan cumplir sus condenas en sus comunidades".
Sin embargo, esta semana Piñera realizó un profundo cambio de gabinete en que desvinculó a seis ministros, entre ellos, al de Interior y al de Desarrollo Social.
Si bien, Karla Rubilar, la nueva ministra a cargo de Desarrollo Social, pertenece al sector dialogante y moderado de la derecha, el nuevo ministro del Interior, Víctor Pérez, integra el ala más dura del oficialismo, cercano incluso a la figura del fallecido dictador Augusto Pinochet (1973-1990). Estos dos nombres marcarán la hoja de ruta del Gobierno en este tema.