En concreto, para este 27 de julio está prevista la declaración testifical del coordinador internacional de su defensa, Baltasar Garzón, y otros miembros de su equipo legal como Gareth Peirce o Jennifer Robinson o Stella Morris, actual pareja de Assange y uno de los principales objetivos del presunto espionaje al periodista.
Durante su estancia en la Embajada, el Servicio Nacional de Inteligencia de Ecuador (Senain) confió la seguridad de la legación londinense al exmilitar español David Morales Guillén y a su empresa Undercover Global (UC Global).
Garzón cree que el espionaje al que su cliente fue sometido durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres contamina "de raíz" su proceso de extradición a Estados Unidos.
"Julian Assange ha sido objeto de una persecución política en la que se han quebrantado todas las normas de un debido proceso. Se ha actuado con pruebas falsas, con pruebas ilícitas, y el procedimiento de Estados Unidos queda totalmente contaminado de raíz", dijo Garzón en declaraciones a la prensa tras comparecer ante la Audiencia Nacional de España.
"Pero esto no es una película de espías. Está en juego la vida de un periodista. Todo lo que se ha hecho es una persecución a un periodista por revelar hechos gravísimos", añadió.
Preguntado por cómo puede afectar esto al proceso de extradición, Garzón explicó que, por ejemplo, fueron grabadas las reuniones entre Assange y su equipo legal después de que le fuera retirada la calidad de agente diplomático.
En esas reuniones se llegó incluso a plantear la posibilidad de su salida de la Embajada, lo que en opinión de Garzón precipitó la respuesta estadounidense, que de inmediato emitió una orden de detención.
"Esto se reportó a Estados Unidos y de forma rápida expidió la orden de detención para que no hubiera posibilidad de hacer nada", agregó Garzón.
El jurista también consta como perjudicado en la causa, ya que, según denuncia, no solo se violó la privacidad abogado-cliente de sus reuniones con Assange, sino que la vigilancia también trascendió los muros de la Embajada.
A su modo de ver, todas estas cuestiones, además de ser unas conductas ilegales que han de ser perseguidas, obligan a tener que replantear el proceso de extradición de su cliente.
"Llevarlo a Estados Unidos, además de un ataque a la libertad de expresión y acceso a la información, supondría un desconocimiento de todos los derechos del debido proceso de defensa", insistió.
Mal estado de salud
En su breve comparecencia ante los medios, Garzón explicó que el estado de Julian Assange sigue siendo malo, aunque subrayó que en las últimas fechas se encuentra "un poco mejor", a la espera de que continúe el proceso de extradición, que se reanudará a principios de septiembre.
La defensa de Assange afronta la reanudación de ese proceso con la esperanza de que "quede en evidencia" que su cliente fue sometido a "una persecución ilegal".
"Es posible", dijo Garzón tras ser preguntado por esa posibilidad, ante lo que añadió que la defensa trabajará para activar los mecanismos de cooperación judicial y poner a disposición de las autoridades británicas todas las evidencias disponibles en la causa española.
La causa abierta en la Audiencia Nacional de España —iniciada por una denuncia de Assange— apunta a que existen indicios de que la empresa sometió al periodista a una vigilancia durante las 24 horas del día a través de cámaras y micrófonos ocultos entre 2015 y 2018.
De acuerdo con el sumario, con la información que se recababa a diario en la Embajada, esta empresa realizaba una serie de informes que posteriormente eran "entregados a terceras personas o instituciones", entre las que "se mencionan autoridades de la República de Ecuador y agentes de los Estados Unidos".
La defensa de Assange mantiene que este sistema de espionaje, entre otras cosas, violó la confidencialidad de las reuniones con su cliente, lo que a su modo de ver invalida el proceso de extradición a EEUU que actualmente está activo en el Reino Unido.
El magistrado encargado de investigar el supuesto espionaje, José de la Mata, acordó hace unas semanas una batería de diligencias entre las que se encuentran las testificales de este 27 de julio.
Del mismo modo, el 28 de julio tomará declaración por videoconferencia a operadores de seguridad de la compañía UC Global.
Garzón y su equipo llegaron a la Audiencia Nacional aproximadamente a las 10.00 (GMT +2), pero entraron al recinto sin ofrecer declaraciones a los medios.
Se trata de la primera vez que Garzón vuelve a la Audiencia Nacional —donde estuvo al frente de importantes investigaciones por terrorismo o crímenes contra la humanidad— desde su expulsión de la carrera judicial en 2012 tras ser condenado por un delito de prevaricación.
Está previsto que, una vez terminada la declaración, los colaboradores de Assange comparezcan ante la prensa para ofrecer más detalles de su cita con el juez instructor.