La pandemia de COVID-19 ha generado la crisis sanitaria más grave de la historia reciente, y América Latina es, actualmente, el epicentro de contagios del virus SARS-CoV-2. Además de la crisis económica que atraviesa el continente, el riesgo de la salud de los cientos de miles de personas que habitan el continente preocupan a la comunidad médica.
Ante los riesgos que supone ir presencialmente a una sala de espera, la telemedicina no solo ayuda y ahorra tiempo a quien accede desde su casa a la consulta con el especialista que necesita, sino que también permite descontracturar y evitar la saturación de los sistemas sanitarios. Así lo explicó a Sputnik uno de los fundadores de Doctari, empresa de telemedicina uruguaya, Amílcar Perea.
La aparición de proyectos como Doctari es habitual en la última década, y cada vez son más frecuentes en el plano internacional, señaló Perea, informático de profesión. Ahora, a su entender, la pandemia de COVID-19 ha venido a probar lo cruciales que son esta clase de herramientas.
Para Perea, la enfermedad ha hecho evidente para "médicos, pacientes, instituciones de salud, Gobiernos, que la tecnología aporta valor a la medicina", y más en este momento.
"Doctari surge en 2017 como un proyecto innovador para complementar los sistemas de salud", contó y dijo que allí trabaja un equipo multidisciplinar, en el que participan informáticos, médicos, economistas, sociólogos, y otros especialistas de múltiples áreas que permiten "plantear soluciones médicas" tanto a pacientes como a las instituciones de salud.
El sistema es sencillo, y funciona en dos niveles. Por un lado, se trata de una plataforma virtual mediante la que pacientes y médicos pueden solicitar y brindar servicios, respectivamente, de un espectro de especialidades médicas que van desde la medicina general hasta la psicología.
Además, la plataforma brinda recursos informáticos para diversos sanatorios privados con las que mantienen convenio. Un caso emblemático fue el de la atención médica de los pasajeros del buque australiano Greg Mortimer, que estuvo varado en Uruguay, luego de que varios de los pasajeros y tripulantes dieran positivo al test de COVID-19. En coordinación con el sanatorio local Casmu, Doctari brindó servicios virtuales a las personas a bordo previo a los testeos.
Los beneficios de la telemedicina
Doctari trabaja en convenio con la empresa informática uruguaya Isbel, que proporciona la tecnología para el funcionamiento de las consultas virtuales. Consultado por Sputnik acerca de la relevancia de las herramientas informáticas aplicadas a la medicina, Mauricio Pargman, uno de sus integrantes, fue optimista con la utilidad y la aceptación general que ha tenido la plataforma.
A su juicio, "cada vez se necesitan más" esta clase de soluciones, y sostiene que "vinieron para quedarse". Además, comentó que su plataforma viene registrando un incremento en la variedad de especialidades adeptas a estos servicios, así como de pacientes, ya sea a través del convenio con su sanatorio o de forma directa en la página web.
La telemedicina no sustituye lo presencial
Hay varias desventajas que suelen señalarse acerca de la telemedicina. En general, las reticencias que se plantean están vinculadas a la falta de experiencia con la tecnología, ya sea de pacientes adultos mayores o incluso del propio personal médico. A esto se le suma que muchos desconfían de la virtualidad y prefieren el convencional 'cara a cara'.
"La idea de las soluciones de telemedicina no es suplantar la medicina convencional sino complementar", coincidió Pargman.
Actualmente, la empresa funciona con sede en Uruguay, donde tiene convenio con varias mutualistas, clínicas y seguros de salud locales y también otras varias de Argentina, y se encuentran evaluando y gestionando la apertura a mercados en países como Chile.