"El plan de desconfinamiento será implementado sólo si hay una baja en los contagios y siempre se aplicará de manera gradual, paso a paso, dejando en claro que si existen nuevos rebrotes o las cifras vuelven a ser malas, el plan se revierte", explicó el funcionario en conferencia de prensa.
"Para comenzar el desconfinamiento de una ciudad se toman en cuenta la ocupación hospitalaria, los casos nuevos diarios, la tasa de reproducción del virus, la trazabilidad y la positividad", continuó Paris.
Estos criterios fueron transparentados luego de una fuerte presión de la sociedad civil y organizaciones de expertos para que esto sucediera, con el fin de evitar utilización política en la toma de decisiones.
El 3 de marzo se confirmó en Chile el primer caso de COVID-19, y el 19 del mismo mes comenzó a regir el estado de catástrofe en todo el territorio nacional: se cerraron las fronteras para extranjeros no residentes, se prohibieron los eventos de más de 50 personas y se decretó toque de queda nocturno.
Según las últimas cifras oficiales, Chile tiene 309.274 casos confirmados de COVID-19 y 6.781 fallecidos a causa de la enfermedad.