Mientras Biden no necesita hacer ninguna acción para captar votantes y sus apariciones públicas se han reducido en las últimas semanas, el presidente está en una carrera a contracorriente: debe, como jefe de Estado, enfrentar desafíos clave, como la pandemia y la crisis por el racismo, y al mismo tiempo no perder de vista los comicios del 3 de noviembre.
La propuesta de Trump de "inyectar desinfectante a los pacientes (de COVID-19) para limpiar sus pulmones" o su manejo durante la crisis política por el abuso policial contra los afroestadounidenses, lo han puesto en una mala posición de cara a la opinión pública.
Hasta el momento, Biden, quien fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), tiene una ventaja nacional de 12 puntos sobre el actual mandatario, según una encuesta de la Universidad de Monmouth, publicada el pasado jueves.
El sonido del silencio
Según los especialistas, la mejor estrategia de Biden es llamarse a silencio, porque la cantidad de errores que comete Trump todos los días se encargan de hacer que él crezca en las encuestas.
El viernes, los mercados de apuestas señalaban que las probabilidades de una victoria electoral de Biden eran superiores a 59%, con 23 puntos de diferencia sobre Trump, según los promedios compilados por el sitio web RealClearPolitics.
Errores de Trump
La estrategia que eligió el presidente en este pasado mes y medio ha sido un "desastre", porque después del asesinato del afroestadounidense George Floyd, decidió "polarizar la agenda", dijo Callis.
El apoyo de Trump siempre se ubicó en el centro y en el sur de EEUU, sobre todo en los estados de Texas y de Florida, explicó.
Ambos estados están experimentando un rebrote de casos, lo que ha obligado en algunas jurisdicciones a dar marcha atrás con la reapertura de las actividades, que algunos analistas habían cuestionado en su momento por precipitada.
"La próxima elección se va a disputar en los estados de centro sur (…y) en este momento el manejo de la pandemia en esos estados es un desastre. Florida y Luisiana están golpeados absolutamente", expresó Callis.
"Si es azotado por la pandemia, van a tener que cerrar la economía y se va a poner en cuestión entre comillas lo único que era aliciente de Trump, que era la parte económica; ahí estaría en problemas", agregó.
Sin embargo, Callis señaló que esta situación puede cambiar, ya que la economía de EEUU ha demostrado una capacidad "muy rápida" de recuperación.
"Lo que tiene que hacer Trump es que la pandemia dure lo menos posible, pero eso no depende de él en un Estado federal como EEUU", reflexionó.
En la semana que culminó el 27 de junio, algo más de 1,4 millones de estadounidenses habían presentado solicitudes por seguro de desempleo, según datos del Departamento de Trabajo, publicados el jueves.
Entre marzo y abril, EEUU perdió más de 21 millones de empleos, debido al cierre de la economía a causa de la pandemia.
Tras la reapertura en algunos estados, el país recuperó 4,8 millones de empleos durante el mes de junio.