Comprender la entrada en vigencia del T-MEC requiere retrotraerse hasta la campaña electoral estadounidense de 2016. Fue en el preludio de su gestión que el republicano Donald Trump comenzó a trazar el destino del entonces vigente Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). "Es el peor tratado comercial de la historia", dijo en septiembre de ese año, y prometió renegociarlo o retirar a su país de este, en caso de asumir la presidencia.
"El objetivo principal era México, siempre lo fue porque con Canadá el intercambio comercial es más o menos parejo. Curiosamente, el valor de exportaciones e importaciones es más o menos igual en las dos direcciones, lo que lleva a pequeños déficits o superávits. En cambio con México, EEUU tiene un déficit muy significativo. Siempre fue el objetivo 'trumpiano' tratar de reducir las exportaciones de México y aumentar obviamente las estadounidenses", explicó a Sputnik el doctor en economía Sergio Negrete.
¿Qué modifica el T-MEC?
Los cambios que introduce el T-MEC frente al TLCAN responden a demandas de Washington sobre lo que entiende como condiciones desleales de comercio. Así, la nueva normativa prohíbe la manipulación de divisas, establece reglas para servicios digitales —ausentes en el tratado firmado en la década de 1990— y cambia reglas en la industria automotriz del bloque, para la que fija un porcentaje de producción efectuada con autopartes locales y con trabajadores que hayan cobrado salarios superiores a 16 dólares.
"Hay dos grandes cambios. El primero es el aumento en el contenido regional que paulatinamente irá de 62,5% a 75%. Eso se oye bien en el sentido de que más insumos de la industria de los automóviles serán fabricados en cualquiera de los tres países del acuerdo. Pero impedirá importar más barato desde fuera del bloque, por lo tanto encarecerá a los automóviles que se producirán en cualquiera de los tres países", explicó Negrete.
El entrevistado agregó que, sin embargo, este punto tendrá un impacto más parejo que el que refiere a los salarios. "Se pone como exigencia que alrededor de un 40% de la producción se haga con salarios de por lo menos 16 dólares la hora. En México están muy por debajo de eso y puede sonar bien que se vayan a aumentar ciertos salarios a trabajadores mexicanos. Pero esto hará mucho menos competitiva a la industria y hará que una empresa estadounidense que quizás se hubiera mudado a México por el factor salarial ahora ya no lo haga".
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