El aumento en la concentración de isótopos radioactivos se registró en los países escandinavos y en los países bálticos, que están bastante cerca de dicha región. Los isótopos radioactivos cesio-134, cesio-137 y rutenio-103 fueron hallados en las aguas del mar Báltico, y en ambos casos su concentración es tan pequeña que no representa ningún peligro para los habitantes de las dos regiones.
Según el especialista, dichos radionúclidos no son el resultado de una prueba nuclear. Provienen de una planta nuclear o de una compañía que se dedica al procesamiento de un combustible irradiado, declaró Koitjarv al medio estonio ERR.
El secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, Lassina Zerbo, publicó en su cuenta de Twitter un mapa en el que se puede ver el área donde se encontraron los isótopos radioactivos cesio-134, cesio-137 y rutenio-103.
22 /23 June 2020, RN #IMS station SEP63 #Sweden🇸🇪 detected 3isotopes; Cs-134, Cs-137 & Ru-103 associated w/Nuclear fission @ higher[ ] than usual levels (but not harmful for human health). The possible source region in the 72h preceding detection is shown in orange on the map. pic.twitter.com/ZeGsJa21TN
— Lassina Zerbo (@SinaZerbo) June 26, 2020
El área designada incluye el mar Báltico, el norte de Europa y parte del noroeste de Rusia, cerca de la ciudad de San Petersburgo —la segunda ciudad más grande del país—. Los isótopos fueron encontrados el 22 y el 23 de junio. Según apuntó Zerbo, no existe ninguna amenaza para la salud de la gente en la zona.
Acusaciones apresuradas
The Independent en su artículo del 28 de junio subrayó que las autoridades neerlandesas analizaron los datos de sus vecinos escandinavos y llegaron a la conclusión de que la radiación provenía de la parte oeste de Rusia.
Efectivamente, en un primer momento el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM) de los Países Bajos llegó a esa conclusión. Además, incluso se dijo que lo sucedido pudo ser fruto de la despresurización de la pila de combustible en el reactor de alguna central nuclear.
También el RIVM informó el 26 de junio de que los radionúclidos eran de origen artificial. Toda la información recopilada y analizada por dicho organismo son datos de sus colegas escandinavos: no hubo un aumento del nivel de la concentración de radionúclidos en el propio territorio de los Países Bajos.
Reacciones
La empresa energética que opera las plantas nucleares rusas, Rosenergoatom, aseguró, a su vez, que no había habido ningún mal funcionamiento en las plantas nucleares de la región de Leningrado y de la península de Kola —ubicadas al oeste de Rusia—. La empresa aseveró que las dos plantas funcionan bien, y agregó que no hay razones para la alarma. Rosenergoatom aseveró también que todos los componentes de las dos plantas no han sido dañados en ninguna ocasión.
En los medios que informaron sobre el aumento de la concentración de radionúclidos casi no se habla de que en otros países de la región también operan plantas nucleares y otras infraestructuras que funcionan con energía nuclear y que, teóricamente, podrían ser la fuente de la radiación.
Al mismo tiempo, Yákovlev llamó a seguir la información que difunden las fuentes oficiales. Según el entrevistado, los especialistas serán capaces de rastrear la fuente de la radiación al analizar el tipo de radionúclidos que contaminaron el área. Solo entonces será posible fijar el origen del accidente. Según el especialista ruso, es pronto para hablar sobre el origen de la radiación porque ningún organismo competente sobre energía nuclear ha investigado todavía lo ocurrido.