Consuelo Ordóñez era una joven "frívola, que pasaba de la política" cuando mataron a su hermano Gregorio. La banda terrorista ETA le disparó a bocajarro mientras comía en un restaurante de San Sebastián, al norte de España. Era miembro del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de la ciudad vasca. Desde entonces, esta mujer dejó su desinterés y se metió de lleno en el activismo. Fundó COVITE (Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco) y se unió a las diferentes asociaciones que claman por el reconocimiento y la justicia de los asesinados.
"Toda España os dice, con palabras claras y sencillas, que no estáis solos, que recordamos y sufrimos con vosotros", alegó el entonces presidente de la Cámara Baja, José Bono, durante su discurso, dirigiéndose a las víctimas del terrorismo y a sus familiares. "No hay terrorista bueno", añadió, "ni hay tampoco pueblo que sea digno si ese pueblo es capaz de convivir o de acoger a esa maldita especie".
Sin embargo, EH Bildu se ha alineado a favor y en contra del Gobierno según las reformas. Firmó con él para derogar la Reforma Laboral y se acaba de oponer al pacto del PSOE y el PP en la firma de la "nueva normalidad". También llegó a acuerdos con el PP en el Parlamento Vasco. Y ahora, opina Ordóñez, se les da un pábulo inmerecido. Lo cree la fundadora de COVITE en consonancia con la Fundación de Víctimas del Terrorismo y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), las otras dos principales a nivel estatal.
Entre estas agrupaciones de víctimas, además, ha habido quejas desde diferentes direcciones. La Asociación 11-M ha acudido a varias jornadas, pero últimamente se ha quejado del trato que han recibido: en varios momentos se ha igualado el coronavirus con el ataque que se sufrió en Madrid aquella mañana. Y en otras ocasiones, cuando el PP estaba al frente del Gobierno, les reprocharon las mentiras de aquel día de marzo, cuando aseguraron que era obra de ETA aun no teniéndolo claro. "Aznar nos llevó a la guerra de Irak y a cambio recibimos el atentado", escribieron hace unas semanas.
🗣️ La AVT no asistirá al homenaje del Congreso a las víctimas del terrorismo. En su lugar, nos podéis acompañar a la lectura de un manifiesto 👇
— AVT (@_AVT_) June 18, 2020
📅 27 de junio
🕛 12 horas
📍 Plaza de las Cortes (Enfrente del Congreso de los Diputados, Madrid)
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¿Por qué causa controversia esta honra personal? En primer lugar, hasta la elección de la fecha está en entredicho. El 27 de junio de 1960, la niña Begoña Urroz, de 20 meses, murió por una explosión en la estación de Amara, en San Sebastián. Se acuño a ETA, pero un estudio del Memorial de Víctimas del Terrorismo ha llegado a la conclusión de que el asesinato fue obra del DRIL (Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación), una célula antifranquista. Este informe, basado en diligencias inéditas de la brigada político-militar de esta ciudad, zanjó hace unos días la polémica de la autoría, aunque no frena que cada año se repitan las quejas a la celebración.
"La AVT ha acudido cada 27 de junio al homenaje que el Congreso de los Diputados organiza en memoria de todas las víctimas del terrorismo. El principal motivo por el que no hemos faltado es porque a la mayoría de las víctimas del terrorismo no se les rinde ningún tipo de homenaje ni reconocimiento a lo largo del año y este es el único acto en el que se las recuerda a todas. Este respeto que tenemos a todas las víctimas del terrorismo ha imperado siempre a pesar del desacuerdo y enfado que nos genera la presencia de los herederos del brazo institucional de ETA en nuestras instituciones", han subrayado en un comunicado público.
#11M. Desde el principio del terrible atentado la policía sabía que no había sido ETA sino que se trataba de terrorismo yihadista. El Gobierno de Aznar mintió para que el atentado le diera votos en vez de restarle. No se puede ser más miserable#AznarAPrisión pic.twitter.com/7EUF9iSCVw
— Pilar H. Lucas (@PilarHLuc) March 11, 2019
Una controversia que apoya Consuelo Ordóñez: "Nos parece un acto de cinismo". Según expone la víctima, el Día de las Víctimas del Terrorismo lo pronunció el mismo gobierno que "pactó" el fin de ETA y "legalizó su brazo político". Aparte, los siguientes años del PP se las utilizó. "Llevamos nueve años denunciando esa traición", dice por teléfono Ordóñez desde Valencia, donde reside como "exiliada" del País Vasco. "Se tenía que haber condenado la violencia y no se ha hecho. Se firmó un abandono de las armas sin vencedores ni vencidos", opina la fundadora de COVITE, que lo ve como un "final indigno" que "pagan las víctimas".
"Nos han manoseado. Nos han utilizado. El PPSOE [mezcla de siglas entre el PP y el PSOE] alude a ETA solo en beneficio propio", confiesa.
No es algo nuevo. Desde que nació, la conmemoración se ha visto envuelta en debates. Los primeros homenajes suscitaron la polémica de que, al celebrarse en sesión plenaria (donde sólo pueden hablar los diputados), las asociaciones no podían tomar la palabra. Y ya provocó que algunas decidieran no acudir. Posteriormente, esto llevó a que la ceremonia acabara desplazándose a otras dependencias de la Cámara Baja.
Marimar Blanco —presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, y miembro del PP— reprochó que se diera espacio en la pantalla a Otegi y arengó: "Las víctimas no nos merecemos tanto desprecio. No se pueden poner alfombras rojas a quienes ni han pedido perdón", alegó. Las quejas han vuelto, aunque no sea algo exclusivo de España: otros países como Irlanda del Norte o Colombia, donde también han sufrido la existencia prolongada de grupos armados, hoy acogen a partidos políticos de excombatientes como el Sinn Féin o la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.