En Camboya, cobra impulso la lucha por los derechos laborales de los trabajadores de las fábricas que cosen ropa para las principales marcas occidentales. Los sindicatos instan a las marcas a no quedarse al margen, ya que los derechos de los trabajadores de las fábricas siguen siendo violados.
La trabajadora de una fábrica que cose bolsos para grandes marcas como Michael Kors y Kate Spade escribió en la red social el 31 de marzo, que a pesar de la orden del Gobierno de suspender la actividad de las fábricas, pero seguir pagando los salarios a los empleados, aunque reducido, la dirección de Superl Holdings despidió a 88 trabajadoras, incluyendo a una mujer embarazada, informa The Guardian.
La mujer se negó de renunciar a sus palabras frente a la dirección de la fábrica. Entonces fue acusada de incitar a disturbios y de difundir información falsa. Los tribunales camboyanos le imputaron otros dos cargos penales por provocación, que conllevan penas de prisión de hasta tres años. La joven fue enviada a la prisión de la provincia de Kompung Chinang.
Cuando salió de prisión, Soy Sros describió en qué condiciones estaba retenida.
"Mi cámara tenía unos 10 metros de ancho y 20 metros de largo, y éramos 57 personas allí", contó.
"Cuando dormía, las piernas de otras personas tocaban mi cabeza. Estaba muy sucio, el baño estaba justo en la celda. Antes de que me liberaran, trajeron más prisioneras y éramos 70. Por supuesto, ninguna de ellas estaba en cuarentena antes de eso. Tenía mucho miedo por el coronavirus", agregó.
Ninguna de las marcas a las que se acercaron los sindicatos defendió a Soy Sros, lo que también decepciona a los activistas.
"Los propietarios de fábricas en Camboya utilizan a la policía y al sistema judicial del país para presentar denuncias por difamación criminal e incitación para silenciar e intimidar a los trabajadores", afirmó Ben Hensler, abogado del Consorcio de Derechos de los Trabajadores.
La Campaña Ropa Limpia aseguró que los sindicatos están dispuestos a luchar por los derechos de los que visten al mundo occidental y están preparados para más casos de supresión de sindicatos en la industria de la ropa.
"Ya hemos tenido una oleada de informes sobre la represión sindical y los despidos de activistas sindicales, y consideramos que esto está directamente relacionado con la crisis de COVID-19", dijo Carin Leffler, una defensora de la organización.
"A menos que haya reacciones fuertes y unificadas del movimiento laboral y de las empresas que compran mercancías en las fábricas donde se producen violaciones, tales acciones sin duda aumentarán y socavarán los derechos de los trabajadores", subrayó.

Los trabajadores de al menos tres fábricas que producen ropa para Zara, Primark y Mango han dicho que los gerentes usan el COVID-19 como una excusa para despedir a cientos de miembros del sindicato en diferentes fábricas de todo el país.
Primark, Zara y Mango subrayan que están comprometidos a asegurar que los trabajadores puedan sindicalizarse, y lanzan investigaciones y trabajan con sus proveedores para resolver cualquier problema.