El paquete de rescate económico aprobado por el Gobierno federal alemán se compone de alrededor de 675.000 millones de euros, de los cuales:
- 600.000 millones serán utilizados para apoyar a las grandes corporaciones y empresas capitalistas;
- 50.000 millones para pequeñas empresas, productores y profesionistas libres;
- solo 7.500 millones de euros serán invertidos en el rubro de la seguridad social.
Este último apartado incluye el altamente sensible tema del dinero de desempleo, el tratamiento médico y el llamado programa de asistencia social Hartz IV. En la preparación de este paquete económico, cabe destacar, el Gobierno federal ha adquirido una deuda de 156.000 millones de euros.
Las grandes inmobiliarias también han sido protegidas al no haberse decretado la condonación de ningún tipo de pago de renta habitacional, sino en el mejor de los casos se han prolongado los plazos de pago. Así mismo, en la cuestión fiscal, solo se han reducido un poco las tasas de impuestos al consumidor y/o extendido los plazos para pagar las contribuciones anuales de las personas físicas.
Otras medidas muestran el lado populista de la gran coalición entre el partido Cristiano-Demócrata de Merkel (CDU) y los Socialdemócratas (SPD) de cara a las próximas elecciones federales en 2021. La ayuda de 300 euros (pago único) que el Gobierno ha acordado para los padres de cada niño nacido en estos tiempos de crisis no solo es irrisoria, sino que excluye a quienes no cumplan con este requisito.
Por otro lado la rebaja de un 16% al 5% del impuesto de cambio (turnover tax en inglés o Umsatzsteuer en alemán) para las medianas empresas es claramente un guiño a la clase media acomodada alemana para apoyar la reelección de una nueva gran coalición en el momento en el que Merkel deje su liderazgo en 2021.
Nada se habla sin embargo de una mayor recaudación de impuestos a los multimillonarios alemanes que siguen beneficiándose de un tope de ingresos en el esquema tributario alemán, como lo ha venido exigiendo el Partido Comunista Alemán (DKP).
A final de cuentas los recursos públicos, venidos de los ciudadanos de a pie a través del pago de sus impuestos, se siguen trasladando a las manos privadas en forma de estos paquetes de ayuda. Esto con el pretexto de mantener vivas las tan veneradas fuentes de empleo.
En otras palabras y en lenguaje sencillo, el Gobierno rescata a los capitalistas para que el pueblo pueda seguir teniendo el privilegio de seguir trabajando para ellos, o sea, de seguir siendo explotados. Migajas para la clase trabajadora, rebanadas para los capitalistas. Y aunque estas migajas sean más grandes que las que obtengan los trabajadores de los países subdesarrollados, siguen siendo solo eso, migajas.