"Esta [compensación por daños de las sanciones de EEUU] solo la pueden implementar las instituciones europeas, por ejemplo, a través del MEDE", dijo Harms en una rueda de prensa en Berlín.
Agregó que no podía precisar "la cuantía específica" ya que "aún falta calcularla".
El Ministerio de Economía de Alemania teme que las sanciones de EEUU contra el gasoducto Nord Stream 2 afecten no solo las compañías alemanas y europeas, sino también las instituciones estatales, comunicó la semana pasada el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung citando un documento interno del ministerio.
Alemania y Polonia mantienen divergencias en su actitud hacia Nord Stream 2
Alemania y Polonia siguen ocupando posiciones distintas sobre la construcción del gasoducto Nord Stream 2, lo cual se hizo constar en rueda de prensa celebrada al cierre de la reunión en Varsovia entre el canciller alemán, Heiko Maas, y su homólogo polaco, Jacek Czaputowicz.
La construcción del Nord Stream 2 es uno de los escollos en las relaciones entre Alemania y Polonia. Varsovia, a diferencia de Berlín, se opone bruscamente a la realización de este proyecto y aplaude cualquier intento de bloquearlo o complicarlo.
"Nord Stream 2 es un proyecto que Polonia ha criticado siempre, porque no garantiza la seguridad energética y establece dependencia con respecto a un solo suministrador, Gazprom", dijo Czaputowicz.
A su juicio, este gasoducto amenaza a Europa Central y del Este, incluida Ucrania.
"Debemos aspirar a garantizar la diversificación (de los suministros) y hacer que este proyecto no se cumpla", agregó.
Maas a su vez señaló que tal opinión de Polonia "no es nada nuevo para Alemania, que no cambia su actitud hacia este proyecto" y agregó que Berlín no acepta la aplicación de sanciones extraterritoriales.
De los 1.230 kilómetros de la tubería faltan por construir actualmente menos de 160 kilómetros.
El gasoducto constará de dos ramales para transportar un total de 55.000 millones de metros cúbicos de gas anuales.
El proyecto fue concebido para diversificar las rutas de suministro de gas ruso a Europa y elevar la seguridad energética.
Se oponen al nuevo gasoducto EEUU, que busca vender a Europa el gas natural licuado de sus yacimientos de esquisto, y algunos países europeos como Polonia, Letonia y Lituania.