El Despacho Oval
Que el Despacho Oval ha sido y será escenario de las cuestiones más inverosímiles o inconcebibles hasta la infamia, no es un secreto. Y si no, que se lo pregunten a Bill Clinton o Barack Obama, o en su defecto, a Mónica Lewinsky o a Donald Trump, este último el más reciente damnificado, conocido oficialmente, de acciones ejecutadas desde allí.
El Russiagate nació muerto, por más palos que tuvo aguantando sus velas para que el viento hiciera avanzar esa maquinaria grotesca: ya fueran líderes mundiales, organizaciones, o medios de comunicación al servicio. Pero como siempre pasa, no pudo tapar el sol con un dedo, y la verdad salió a la luz.
Obama toca a rebato
La elucubración de Obama, es decir, el Obamagate, tocó a su fin gracias al Fiscal General de EEUU, William Barr, quien retiró los cargos contra el general Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional de Trump en sus primeras horas de Gobierno. Flynn fue fulminado apenas asumir el cargo acusado de mentir al FBI acerca de sus conversaciones con el entonces embajador de Rusia en EEUU, Serguéi Kislyak. Una conversación que no hubiera tenido mayores consecuencias si hubiera sido con el embajador de otro país. Pero para Obama fue todo un filón.
Como aquel a quien se le descubre in fraganti, el 'Nobel' atizó con su verbo a la desesperada. Sentenció que retirar los cargos contra Flynn ponía en peligro el Estado de Derecho y que "no hay ningún precedente que se pueda encontrar de una persona acusada de perjurio que se salga con la suya". Pero, ¿acaso ya no lo había puesto él en cuestión a 'su' Estado de Derecho?
Breve historia
Despacho Oval, 5 de enero de 2017. En una reunión, altos cargos de inteligencia informan a Obama sobre la llamada telefónica entre Flynn y Kislyak. Entonces fuerzan su relato: venden esa conversación como una injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 cuando Trump se alzó con la victoria, algo insoportable para Obama y todo su partido.
Tras la reunión, el presidente pide al entonces director del FBI, James Comey, y a la entonces Fiscal General adjunta Sally Yates, que se quedaran. Se unieron el entonces vicepresidente Joe Biden —actual candidato a la presidencia de EEUU— y la asesora de Seguridad Nacional Susan Rice.
Registros recientemente desclasificados del FBI del caso Flynn, que fueron entregados a los abogados de Flynn, sacaron a la luz una nota manuscrita en la cual un alto funcionario del FBI se preguntó en aquella investigación sobre si el objetivo de entrevistar a Flynn sobre sus llamadas al embajador ruso era "hacer que lo despidieran" o hacer que mintiera.
"Así que todo el asunto fue orquestado y montado dentro del FBI, Clapper, Brennan y en la reunión del Despacho Oval ese día con el Presidente Obama", dijo a Fox News Sydney Powell, abogado de Flynn.
Mele recuerda que desde el Partido Demócrata no hablaron nunca de Cambridge Analytica que sí tuvo mucha influencia a través de las redes sociales a la hora de torcer la voluntad de los ciudadanos sobre a quién votar en aquellas elecciones.
"Ya han pasado varios años de esto y vemos que fue todo un montaje político, lo cual nos lleva a preguntarnos cosas. ¿Es posible que la primera potencia militar del mundo, cuyas decisiones tienen un tremendo efecto en el globo, haga que tengamos que estar inmersos en estas acciones políticas, típicas de países tercermundistas o Estados fallidos, donde realmente el juego del poder pase por chicanas, acusaciones infundadas, agresiones verbales, y utilizando el aparato del Estado para dañar al oponente político?", cuestiona Carlos Pereyra Mele.