El mandato de la marmota
Tan predecible como la película 'El día de la marmota', la Administración Trump bien podría ser bautizada como 'el mandato de la marmota': todo el tiempo está rompiendo acuerdos y casi siempre le echa la culpa a Rusia. Otro día más en la oficina. O en el Despacho Oval.
Esta vez su cruzada llega a los cielos. Pero todavía hay tiempo para que a sus palabras se las lleve el viento: anunció que podría rectificar "si Rusia cumple con sus obligaciones". Y es que el inquilino de la Casa Blanca –cuyo contrato caduca en enero próximo y que debe renovarlo previamente el próximo 3 de noviembre–, parece que sigue necesitando de bandazos por el estilo para mantener, en este caso, el foco lo más lejos posible de su gestión de la pandemia del coronavirus que está devastando a su país, en lo social y en lo económico.
Esta retirada le puede favorecer en varios aspectos a EEUU, según José Luis Orella, Dr. en Historia y Dr. en Derecho. Al ser "la primera potencia militar del mundo en inversiones, puede no apetecerle que le vean en ciertos aspectos", apunta.
El también profesor admite asimismo el factor coronavirus y su impacto en la economía del país norteamericano.
"Siempre el motor militar industrial suele ser uno de los motores de reconstrucción más acelerado […] porque favorece un montón de sectores dinámicos que absorben y demandan miles de puestos de trabajo".
Añade que una ligera tensión, o salir de ciertos tratados, puede proporcionar la oportunidad de incrementar el volumen de los arsenales armamentísticos, tal vez no con un objetivo bélico, pero sí para reducir el desempleo y estimular la economía.
El zorro pierde el pelo, pero no las mañas
Entonces el Pentágono hizo la del pez, que por su boca muere. "EEUU ha estado en estrecha comunicación con nuestros aliados y socios con respecto a nuestra revisión del Tratado y exploraremos opciones para proporcionar productos de imágenes adicionales a los aliados para mitigar cualquier brecha que pueda resultar de esta retirada", declaró.
El Dr. Orella opina que EEUU tal vez no se fiaba de la información que estaba obteniendo por medios lícitos, es decir, en este caso, el Tratado de Cielos Abiertos. De este modo EEUU "te está demostrando que los servicios de inteligencia [espionaje] siguen funcionando en todos los países, no sólo con los rivales, sino con los amigos, como bien demostró Wikileaks en su momento", argumenta, en referencia a las escuchas que ordenó el expresidente Barack Obama contra la canciller alemana Angela Merkel, entre otros.
"A EEUU le importa poco salirse de ciertos tratados porque gran parte de la información con la cual analiza todos los problemas, tensiones, o el tamaño de la musculatura militar que puedan tener otros países, la obtiene de otras fuentes. […] Seguimos estando en el camino de la historia y no está todo tan claro bajo la luz, sino que sigue subsistiendo ese mundo de las sombras, de la inteligencia, del espionaje industrial, económico, que afecta a los temas armamentísticos", concluye el Dr. José Luis Orella.