La industria farmacéutica mundial es un negocio redondo que en tiempos de pandemia de COVID-19 lo es aún más. Con unas previsiones de facturación para 2020 de 920.000 millones de dólares (unos 850.000 millones de euros al cambio), el montante podría dispararse en cuanto se descubran una vacuna y/o fármacos eficaces para tratar la enfermedad.
Según los datos de la Agrupación de Investigación y Márketing Farmacéutico (AINFA), hasta 2018 la farmacéutica estadounidense Pfizer lideraba la tabla con una facturación de 52.540 millones de dólares. El segundo puesto es de la suiza Roche con 44.368 millones (si bien es la que más gasta en inversión I+D con 10.392 millones) y la francesa Sanofi ocupa la tercera posición con otros 36.663 millones.
La rentabilidad de sus productos
La variedad de los medicamentos producidos es amplísima, pero los más rentables son aquellos que atienden a las dolencias más extendidas en los países del primer mundo, donde el poder adquisitivo es mayor.
La industria farmacéutica española
En España el sector farmacéutico lo conforman 353 empresas que facturan 13.500 millones de euros anuales. De esta cantidad, 10.000 millones se venden en las farmacias y el resto a hospitales. Los laboratorios tienen en el Estado a su mejor cliente, que a través de su organización territorial autonómica sufraga total o parcialmente el coste de las medicinas que se extienden con receta en la Sanidad pública.
Empieza la cuenta atrás para conocer los resultados de la segunda fase del #SpendingReview que se presentarán en verano de 2020. La @AIReF_es informa al Gobierno del estado de estos trabajos. https://t.co/h5um5TJ3Qq pic.twitter.com/QWAwaoVPp7
— AIReF (@AIReF_es) March 2, 2020
Este coste cada vez es mayor y a raíz de la crisis desatada en 2008 se redujo la inversión estatal en materia sanitaria. En 2009 el Estado asumía 13,48 euros de media por receta. En 2019, sólo 11,16. Según cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) esto se concreta en un gasto para 2020 de más de 9.500 millones de euros en la financiación de medicamentos, una estimación que todavía no tiene en cuenta el impacto de la pandemia de COVID-19.
🔵 La @AEMPSGOB ofrece pautas de actuación para agilizar y fomentar los ensayos clínicos y estudios observacionales sobre #COVID19.
— AEMPS (@AEMPSGOB) May 7, 2020
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Problemas en el suministro de fármacos durante la pandemia
Las farmacias españolas han operado con normalidad desde el inicio de la pandemia. No ha habido un desabastecimiento de fármacos, si bien los problemas de suministro tienen lugar desde hace años por varias razones: la deslocalización de la producción, la falta de apuesta por la industria farmacológica española y las diferencias de precios por el mismo medicamento en cada país. En consecuencia, las compañías los derivan antes allá donde se pague más.
Hidroxicloroquina y cloroquina: de la malaria al #COVID19. Los pacientes de lupus o artritis reumatoide que necesitan esta medicación de forma regular tienen garantizado el suministro, bajo pedido a las farmacias https://t.co/2nCqTjrE9P pic.twitter.com/eN6WxnmfLW
— OCU (@consumidores) April 13, 2020
Entre marzo y abril, España experimentó algunos problemas en el suministro de tres fármacos: paracetamol, ansiolíticos e hidroxicloroquina. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) garantiza su disponibilidad y alternativas. No obstante, este órgano dependiente del Ministerio de Sanidad publica una lista actualizada de las medicinas cuya oferta es inferior a la demanda de acuerdo con la información que le llega de las farmacias. Estos picos de demanda atendieron sobre todo al paracetamol (antifebril y analgésico), ansiolíticos (para la ansiedad) y Dolquine (un preparado para tratar la artritis reumatoide que incluye un principio activo, la hidroxicloroquina, en principio apto contra el virus SARS-CoV-2).
También se produjo un incremento en la demanda de ansiolíticos como Trankimazín o Lexatín, sin duda más relacionado con los efectos en algunas personas durante la etapa más restrictiva del confinamiento. Tanto es así, que el 18 de abril el Ministerio de Sanidad incluyó este tipo de fármacos en la lista de medicamentos esenciales para tratar la enfermedad COVID-19.
COVID-19: Incremento sorprendente en uso de ansiolíticos, otros medicamentos psiquiátricos https://t.co/1mkb4m5yRp vía @medscape
— Psiquiatría Uninorte (@Psiquiatria_UN) April 22, 2020