Campillos es una pequeña localidad malagueña en el centro de Andalucía. No llega a los 10.000 habitantes y entre sus vecinos, pocos podían sospechar que despuntarían a nivel nacional en innovación cultural.
La 'Feria del Libro en casa 2020' no es la primera que se celebra en el mundo, pero sí la primera que se hace con la intención de salvar a un sector en grave riesgo por el parón que supone el confinamiento.
"Ya que será una Feria del Libro pero sin ventas de libros, esperamos poder apoyar así al sector de eventos y programas culturales", aclara Inés María Ponce. La edición virtual cuenta con algunos artistas que difícilmente podrían haberse desplazado a Campillos y que han querido formar parte del singular evento.
Además, comentan desde la organización, la modalidad telemática permitirá cuantificar mejor el impacto y el seguimiento de los eventos sin límites espaciales o temporales. Todo el programa se ofrece telemáticamente a través del sitio de la Biblioteca Municipal Poeta José María Hinojosa Lasarte.
Una trama en suspense
El sector de las letras mantiene la respiración en toda España. La gestión de la Feria Virtual de Campillos corre a cargo de la Atrapasueños. Esta Cooperativa Cultural organiza alrededor de 180 eventos culturales en todo el país cada año, prácticamente todos están ya cancelados.
"Trabajamos mucho en pequeñas localidades donde las ferias del libro son el gran evento cultural y suponen el principal repunte de ventas para el sector, ahora todo eso se ha parado", explica el gestor Joaquín Recio.
Editoriales, librerías y autores se enfrentan a un futuro muy incierto, "nos preguntamos cómo sobrevivirán los titiriteros sin acto y sin público", cuestiona uno de los platos fuertes de la Feria Virtual de Campillos, el escritor Juan José Téllez. El autor gaditano opina que las redes sociales como canal no garantizan un modelo de negocio a corto plazo "si no hay ayudas específicas".
La cancelación de las grandes celebraciones literarias es un mal presagio para el sector. Las librerías y sus ventas ya estaban en crisis, "la pandemia solo ha venido a destapar las vergüenzas", confiesa Recio.
Librerías de barrio en riesgo
"Para nosotros, los negocios de cercanía, es muy importante el trato, el cara a cara con el cliente para recomendar y asesorarle", explica Rafa Castaño, miembro de Caótica, librería del centro de Sevilla. "Más allá de que ahora estemos cerrados, o próximamente no podamos hacer eventos públicos con escritores o talleres, me pregunto cómo será más adelante la relación cliente-librero. Me temo que seguirá habiendo mucho miedo y eso será un obstáculo".

Esperanza Alcaide es propietaria en Sevilla El Gusanito Lector. Local pequeño pero con clientela fiel, durante el confinamiento está realizando ventas online. "No es que estemos vendiendo más, pero nos sirve para mantenernos y no tener que despedir a nadie", esgrime. Por su parte, Castaño, de librería Caótica, explica que optaron por una vía más segura y no vender durante la cuarentena: "Solo Amazon, el Corte Inglés o la Casa del Libro pueden beneficiarse en estas circunstancias de la venta online".
4°DISPARADOR...
— elgusanitolector (@gusanitolector) April 15, 2020
MICRORRELATAMOS... JUEGA CON NOSOTR@S
Bases completas del reto creativo en este enlace.📌https://t.co/ka1a90DmWI…/pb.1742369793…/2881489525274512/…#Gusanitomicrorrelator #concursoaislamientosocial #MequedoenCasaJugando#MequedoenCasaLeyendo pic.twitter.com/c1nI86aapU
En cambio, sí han optado por buscar una vía audaz de llegar al cliente con lecturas en Youtube, concursos de microrelatos, recomendaciones en Instagram, blogs o un sistema para captar socios "que viene a crear una especie de hucha para la literatura", explica Castaño.
Libros ¿qué mejor fármaco?
Mientras la Feria del Libro se aleja en el horizonte y seguimos confinados, quizás la pandemia sea el mejor momento para reclamar el valor de la literatura en tiempos difíciles.
Por otro lado, ante el estrés emocional de la actualidad o los efectos del confinamiento en el insomnio, por ejemplo, Esperanza Alcaide reclama el valor de la lectura como terapia.
"Cuando la dosis de realidad es excesiva, la mejor manera de hacerle frente es coger un libro".
Después de todo, "son oportunidades de vivir otras vidas sin riesgo a sufrir ningún daño". Vamos, como salir de casa sin miedo a contagiarse o sufrir eternas colas para comprar papel higiénico.