Durante este año se ha hecho mucho, aseguró André Finot, portavoz de la catedral de Notre Dame de París.
"Un año después se ve un edificio que se mantiene en pie, que permanece fuerte, que es seguro. No se volverá a caer ni una sola piedra", declaró.
"Sobre la sacristía, los obreros tiraron de las redes de seguridad para que las piezas no se cayeran. Se instalaron estructuras de apoyo temporales, se extendieron cubiertas blancas para protegerse del clima", detalló.
Por su parte, el archipresbítero Patrick Chauvet, rector de la catedral opina que Notre Dame está casi salvada.
"Todo lo que queda es desmantelar el andamiaje, que se ha fusionado a causa del fuego. Pero no se derrumbará en la catedral, porque se han montado otros andamios a su alrededor, reveló a Sputnik.
La temperatura del fuego alcanzó los 800 grados lo que hizo fusionar el andamiaje y no se puede eliminar de una vez. Para su desmantelamiento fueron construidos otros andamios de los que alpinistas industriales cortarán los pedazos de la construcción y los bajarán, comentó Finot.
Agregó que se planeaba empezar trabajos el 23 de marzo pero comenzó la cuarentena por el brote de coronavirus.
La restauración en cuarentena
"Hasta ahora, estamos un poco molestos porque no podemos trabajar debido a la pandemia", lamentó Chauvet, al agregar que no sabe si la restauración se retrasará debido a la crisis sanitaria.
"Una vez que todo esto termine, una vez que estemos seguros de que no hay peligro, no hace falta decir que el trabajo se reanudará bastante rápido", declaró.
Por su parte, Finot destacó la importancia del diagnóstico del estado de la construcción que lleva mucho tiempo. Reveló que los arquitectos continúan el trabajo de diagnóstico a distancia.
"Comprueban todos los elementos que han recogido en la Catedral durante el año. El trabajo continúa. El hecho de que los trabajadores no estén presentes no significa que todo el trabajo se haya detenido. Los arquitectos siguen trabajando", declaró.
Asimismo destacó el trabajo en los laboratorios donde comprueban que todos los paneles, en particular las vidrieras, están en buen estado y que el fuego no les causó muchos daños.
Al mismo tiempo, Finot reconoció el retraso en el andamiaje y admitió la posibilidad de aumentar el número de trabajadores para cumplir el plazo de restauración de cinco años declarado por Macron.
"Hay una buena posibilidad de que se cumpla. Todos esperamos que así sea. Los trabajadores solo tienen un deseo: volver a trabajar, trabajar aún más duro para salvar este edificio", detalló.
El rector de la catedral también piensa que se cumpla el plazo. Precisó que la restauración de los interiores, es decir, las bóvedas que soportan la estructura y el techo es una cuestión de prioridad.
"Obviamente, restauraremos todo lo que está afuera en 10-12 años, no en 5. La catedral es un edificio enorme. Su restauración llevará tiempo", agregó Chauvet.
Además denunció que aún no hay versión oficial de la causa del incendio y tampoco hay fecha en la que la conclusión sobre la causa del incendio será presentada.
"No hay nada nuevo. Hay una investigación en curso. Creo que la versión final no diferirá de lo que dijo el Fiscal de la República, es decir, un cortocircuito o una serie de incidentes menores que provocaron el incendio", declaró.
La catedral vive
Sin embargo, a pesar de las consecuencias del incendio y la cuarentena, la Catedral de Notre Dame sigue viva.
"Lo más positivo es que cuando entras en la catedral te dices a ti mismo, 'bueno, al final, no hemos perdido mucho. Y es cierto, aparte del altar, todo sigue ahí, sigue en pie. Y es un verdadero milagro ver las cosas como eran antes", afirmó Finot.
"Fue maravilloso que por primera vez desde el día del fuego la corona de espinas regresara a la catedral, a su 'propio' lugar. Fue conmovedor", destacó Chauvet.
Asimismo, hizo paralelismos entre los días de la pandemia que vive el mundo y la historia bíblica. Destacó el recogimiento espiritual cuando el contacto físico es limitado.
"Fue conmovedor que durante una pandemia hubiera similitudes entre la Catedral y los afectados, entre la pasión de Cristo y el sufrimiento de las familias que habían perdido a un ser querido", añadió.
Además el catedrático compartió sus sentimientos sobre las misas en los templos vacíos por la restricciones debido al brote de coronavirus declarando que esto fortalece la fe.
"Siempre es lamentable cuando hay sillas vacías delante de ti. Pero esto es una prueba de fe. No siempre es fácil. Sabemos que muchos creyentes se reúnen al otro lado de la pantalla. Servimos la misa juntos como si estuviéramos reunidos y servidos por el capitulo del monasterio", reveló.