Javier Toledo repite una frase manida que está viviendo en sus propias carnes: "La realidad supera a la ficción". Él, que divide su existencia entre ambos mundos, sigue asombrado. Y habla con criterio: es el director de Peris Costumes, una empresa multinacional con sede en Madrid que confecciona el vestuario de películas y series de televisión. Su trabajo se debe a las diferentes secuencias que idean guionistas o directores. Igual elabora el mono de unos ladrones para La casa de papel que un traje de protección nuclear para la popular serie Chernóbil, de HBO.
La rutina estos días ha cambiado. El Estado de Alarma decretado por el Gobierno ha detenido cualquier rodaje o producción. Y Peris Costumes se ha quedado sin su labor habitual.
"Es el momento de hacer esto", cuenta convencido por teléfono. Toledo, que asumió la presidencia de la compañía en 2014, tiene claro que su función ahora es ayudar. "Es lo que toca", incide. Peris Costumes, que en realidad pertenece a un grupo fundado hace casi dos siglos, tiene una decena de sucursales repartidas por Europa y Norteamérica. Aunque su sede principal se sitúa en un polígono de las afueras de Madrid. Actualmente, los 25 empleados de España y unos 30 de Lisboa están a pleno rendimiento, mandando material a varios puntos de ambos países de la península Ibérica. "Son nuestros centros de producción de un total de 83 trabajadores repartidos por las demás oficinas", matiza el director.
Con un stock que va desde enaguas medievales hasta uniformes de limpiadores de residuos radioactivos, la propuesta de Peris Costumes ha sido utilizar todo su repertorio posible para apoyar en la reducción del COVID-19. Los mencionados trajes de La casa de Papel, sobre un asalto colectivo, o de Chernóbil, sobre el desastre nuclear ocurrido en Ucrania en 1986, pasarán a formar parte de residencias de ancianos u hospitales.
Lo tuvieron claro desde hace semanas. "Desde principios de marzo notamos que todo empezaba a pararse. Y nos vimos con dos opciones: o dejar de trabajar o hacer lo que sabíamos hacer", rememora Toledo, resolviendo inmediatamente la duda: "Optamos por lo segundo". Contabilizaron lo que había en reserva y afinaron el tiro: algunas cosas se podían aprovechar tal cual y otras tendrían que reinterpretarlas.
De los retales elaboraron los recursos más necesitados en centros de salud o de ancianos. "Justo estábamos en una historia sobre un virus, de la que no podemos decir nada, y aprovechamos las máscaras. Y de la última cabalgata de reyes en Madrid sacamos mucho material", explica el director, calculando que un 65% de sus encargos son para proyectos en el extranjero y un 35% nacionales.
"Mucha gente está intentando ayudar, nos consta", añade Toledo. En Estados Unidos, los productores de series como Anatomía de Grey o The good doctor también han donado material y animan a respaldar como sea a los trabajadores sanitarios. Y en España se están dando numerosas iniciativas individuales o de empresas como Peris Costumes que sirven de complemento no oficial a la protección contra el coronavirus.
"El mundo de los contenidos está teniendo mucha demanda y la seguirá habiendo después", cavila Toledo, lamentando la suerte de otros gremios, donde se augura un futuro económico en declive. "Lo que más deseamos es que todo esto se termine y pasar de aliviar la realidad a vestir la ficción", sentencia el director de Peris Costumes, que había batallado contra miles de tramas fantásticas, pero nunca contra epidemias tan letales.