"Estamos trabajando para que lo antes posible haya un ingreso mínimo vital", dijo el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias —encargado del área de Derechos Sociales—, en una entrevista ofrecida al digital eldiario.es.
En opinión de Iglesias, el impacto económico de COVID-19 debe ser abordado de forma diferente a la crisis financiera de 2008, que golpeó especialmente a las clases más vulnerables.
Sin embargo, Iglesias considera que se debe reforzar lo que el Gobierno bautizó como el "escudo social" ante la crisis de COVID-19 con una renta básica de la que por el momento no se conoce ni su cuantía ni quién podrá acceder a ella.
"El ingreso mínimo vital es algo que ya se ha discutido y que tenemos claro que se tiene que hacer. Falta concretarlo, dialogar entre los diferentes equipos y también con las comunidades autónomas. Pero yo espero que lo tengamos listo pronto", dijo el vicepresidente segundo durante la citada entrevista.
En un sentido similar se expresó también la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, que se encarga del área económica en el Gobierno.
"Vamos a implementar lo antes posible el ingreso mínimo vital", dijo Calviño en una entrevista con la cadena de televisión La Sexta.
Por un lado, Iglesias —miembro del partido antiausteridad Unidos Podemos— es partidario de medidas drásticas con una gran inversión pública para paliar los efectos de la crisis, mientras que Calviño —antigua alta funcionaria de la UE, más en línea con la ortodoxia económica de Bruselas— se inclina por opciones más moderadas para no disparar el gasto público.
En ese marco, el hecho de que ambos hablen públicamente sobre la implantación de un ingreso mínimo vital apunta a que esta medida cuenta con un gran consenso dentro del Ejecutivo, por lo que su aprobación puede ser inminente.