La crisis desatada por la pandemia global de COVID-19 lo cubre todo. Su incidencia a escala mundial es insoslayable y su incidencia mediática también. Pero en lo que se refiere a la economía de España, el colapso provocado por el nuevo coronavirus empequeñece a otros aspectos. Los árboles no dejan ver el bosque.
Por el contrario, la cifra del déficit público aumentó hasta el 2,7%, aumentando así por vez primera desde 2012. El dato supone agregar dos décimas al déficit registrado en 2019 y hasta siete sobre las previsiones del propio Gobierno español. En total, España acumula una deuda de 33.223 millones de euros. Dicho de otro modo, el país ibérico tenía ya de por sí muy difícil cumplir con el criterio fijado por Bruselas en materia de déficit para 2020 (un 1,8%) antes del estallido de la pandemia de coronavirus.
Unos datos de empleo de doble lectura
Justo antes de la extensión de la pandemia del nuevo coronavirus, en febrero, el paro registrado en España ascendía a 3.246.047 personas. A priori se trataba de un buen dato, pero su estimación interanual fue de un descenso del 1,31% cuando en años anteriores este fluctuó entre el 5% y el 10%.
Esta tendencia habrá que agregarla a los de la espectacular crisis provocada por el virus SARS-CoV-2, que esta acaso disimulará. Las tensiones existentes entre la UE y el Reino Unido a cuenta del Brexit, o las medidas arancelarias impulsadas por EEUU, enfriaron el clima empresarial en 2019. Según datos del Banco de España, el Resultado Ordinario Neto de las empresas cayó un 1% al término del tercer trimestre de ese año, su primera bajada desde 2012.
El paro registrado baja en 38.692 personas en los últimos doce meses, una reducción interanual del 1,21% #paroregistrado @empleogob https://t.co/PqUSskuMAK pic.twitter.com/10geG30JhC
— SEPE (@empleo_SEPE) January 3, 2020
Y ahora, ante el parón de la actividad económica en gran parte de sus sectores, la confianza empresarial, que siempre puso en duda diversas medidas del Gobierno como el aumento del salario mínimo interprofesional hasta los 950 euros, no habrá sino continuar bajando. La deuda se disparará.
La crisis venía larvada
"El virus llegó cuando la economía se hallaba en caída", declaró a Sputnik el economista Santiago Niño Becerra, quien asegura que desde finales de 2018 "las previsiones de la OCDE, el FMI o el BCE eran cada vez más grises, con cifras que siempre empeoraban las anteriores". España empezó a afrontar el colapso en un momento en que los estímulos financieros de los bancos centrales ya estaban agotados. "Es la tercera fase de la crisis comenzada en 2007", señala Niño Becerra.
¿Podrá España recuperarse con cierta rapidez una vez se reanude la actividad económica? "De golpe es imposible", explica por su parte a Sputnik el economista Fernando Luengo. "Para empezar, ahora mismo es muy pronto para calibrar con datos verosímiles la envergadura de la catástrofe. Desconocemos cuál va a ser el efecto en cadena", asume este especialista.
Una economía arrasada
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que por cada mes que permanezcan paradas las actividades económicas consideradas no esenciales, el PIB de los países puede disminuir en tres puntos porcentuales. Según este organismo, es inevitable una profunda recesión en 2020.
"Hay informes económicos que hablan de una caída de la inversión [en España] del 40%. Y si el PIB baja finalmente entre un 10% y un 15%, a ver cómo se hace la reconstrucción, los costes van a ser enormes y habrá que ver cómo se reparten", matiza Luengo.
"Esto no es una crisis, es una catástrofe económica", concluye.