El pánico generalizado que se vive en el hemisferio norte por la pandemia de coronavirus empieza a vivirse entre la sociedad argentina. Los casos confirmados en el país han superado la treintena y ya se registra la propagación local de la enfermedad, además de una muerte.
"Los vuelos internacionales que aún no fueron cancelados podrán operar hasta el lunes para llevar o traer residentes a su país de origen. Es decir, argentinos que están afuera para volver al país o extranjeros que están en el país y quieran regresar a sus lugares de origen", dijo el presidente, Alberto Fernández, en un mensaje por cadena nacional.
Esto se suma a la suspensión del otorgamiento de visas a personas provenientes de China e Irán y la decisión de dictaminar reclusión domiciliaria obligatoria de 14 días a todo el que llegue desde países con epidemias locales y que no necesitan este documento para ingresar como turistas, como EEUU, la Comunidad Europea, Japón y Corea del Sur. Esto mismo aplicaría a los argentinos que lleguen de estos destinos.
De ser evadida la cuarentena preventiva compulsiva, la persona podrá ser denunciada por incurrir en el delito penal de violar las medidas adoptadas por las autoridades para impedir la introducción o propagación de una epidemia, que tiene una pena de seis meses a dos años de prisión.
Aerolíneas Argentinas canceló algunos vuelos con destino a Roma (Italia), Miami y Orlando (EEUU) programados para marzo y abril. La aerolínea italiana Alitalia hizo lo mismo con sus vuelos a Roma y la línea aérea Latam, con sus vuelos a Miami hasta el lunes 16 de marzo, por lo pronto. Las modificaciones hasta ahora no se debieron a imposiciones gubernamentales.
La epidemia del miedo
"Mi mejor amiga celebró su casamiento civil hoy hace unas horas y la fiesta está programada para el sábado que viene. No puede creer lo que está pasando. Hay personas cercanas que ya avisaron que no van a ir por miedo a contagiarse entre tanta gente. No lo van a cancelar, pero incluso la testigo dijo que va a hacer una excepción a su cuarentena, que está haciendo preventivamente por ser población de riesgo", contó a Sputnik Fernando, de 36 años, desde el festejo.
Numerosos conciertos y festivales culturales fueron cancelados o reprogramados, incluída la edición local del Lollapalooza, un evento de tres días que convoca todos los años a 300.000 personas, con un valor de entrada promedio de 200 dólares. Otros eventos privados están sujetos a la cautela de los participantes, pero el temor y el enojo tiñen de gris las expectativas de muchos.
No existen todavía estimaciones del impacto económico que el coronavirus tendrá en el país, que se suman a la profunda crisis y recesión que transita. Caída en las exportaciones y del precio de las commodities agrarias, hundimiento del precio del petróleo y el probable estado de coma en el yacimiento de Vaca Muerta, el gravísimo golpe al turismo y mayores dificultades para la negociación de la deuda externa son solo algunas de las complicaciones a la vista.
Un escenario esperable
"Es esperable lo que está pasando en Argentina con el virus porque respeta los parámetros de lo que pasa en el mundo. Este es un virus nuevo, nadie tiene anticuerpos, entonces se produce una pandemia justamente porque el universo es susceptible y la transmisibilidad es sencilla", dijo a Sputnik Ricardo Teijeiro, médico integrante Sociedad Argentina de Infectología.
Teijeiro explicó que el hecho de que el país no haya entrado en temporada invernal funciona momentáneamente como ventaja ya que en esas épocas las personas son más propensas a toser y estornudar, que es la principal forma de contagio.
El infectólogo aseguró que la aparición de casos no importados era inevitable y que las medidas oficiales de desincentivar en lo posible las conglomeraciones de personas que no sean necesarias son las correspondientes a la situación local, pero que las evaluaciones y decisiones sanitarias se adaptan día a día de acuerdo a las circunstancias.
"No hay que subestimar las enfermedades. Podemos ver la evolución y la experiencia en otros países, tenemos que trabajar acompañando el brote y estar en la línea de equilibrio. No cerrar los colegios de antemano sino cuando sea adecuado, y mantener a la gente bien informada: se habla mucho de la cantidad de infectados pero poco más de la mitad ya se recuperó", concluyó.