Este fin de semana, Italia se convirtió en el mayor foco del nuevo coronavirus en Europa, al registrar unos 230 contagiados y siete muertos por la enfermedad. La mayoría de los casos se detectaron en las regiones norteñas de Lombardía, incluidos seis muertos, y Véneto, aunque otras zonas también están bajo el peligro.
Pese a que el jefe del Departamento de Protección Civil de Italia, Angelo Borrelli, afirmó que todos los fallecidos eran ancianos con "patologías previas" y calificó la respuesta italiana al brote de "inmediata y oportuna", esto no infunde calma a la gente, mientras el número de los infectados sigue creciendo.
Este 25 de febrero, las autoridades sanitarias italianas detectaron dos nuevos enfermos en las ciudades de Florencia y Palermo, confirmando de este modo el primer caso del virus en el sur del país.
Respuesta
La situación es aterradora, pero hay que reconocer que las autoridades italianas empezaron a reaccionar con rapidez.
Al menos diez localidades del municipio de Lodi, donde se registró el primer y más fuerte brote de la enfermedad, ahora están completamente aislados. Restaurantes, bares y tiendas permanecen cerrados, mientras la Policía patrulla las calles para controlar la situación.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, declaró el 23 de febrero que quedó muy sorprendido por el drástico aumento de los casos del coronavirus en Italia.
Al mismo tiempo el jefe del Ejecutivo destacó la alta calidad de controles médicos, al subrayar que en Italia fueron sometidos a la prueba del virus unas 4.000 personas.
"Somos el primer país de Europa que introdujo controles más precisos y rigurosos y desde el principio optamos por la línea de máxima precaución. Esto también podría ser una explicación de los casos detectados", dijo Conte.
Conte también declaró la prohibición de entrada o salida de las zonas en cuarentena, con la excepción de quien reciba un permiso especial.
Mientras tanto, la región central de Lacio introdujo multas para los que vuelven de los focos del brote y no lo comunican a las autoridades sanitarias locales.
En Roma, donde fueron detectados tres casos del coronavirus, se reforzaron las medidas de prevención, como:
- turnos de limpieza adicionales de transporte público
- la distribución de desinfectantes a los conductores de autobuses y de guantes y mascarillas a las guardias privadas de las estaciones
Cultura en peligro
Italia es uno de los principales destinos turísticos en Europa gracias a su gran patrimonio cultural. Numerosos museos, catedrales, obras de arte y parques arqueológicos atraen cada año a cientos de miles de turistas.
Sin embargo, el atractivo de las ciudades italianas está disminuyendo a medida que crece el número de casos confirmados del coronavirus.
Varios eventos culturales ya fueron aplazados o cancelados en varias parte del país. En Lombardía y Véneto permanecen cerrados todos los museos, galerías, bibliotecas y teatros, incluidos La Scala en Milán y La Fenice en Venecia, mientras el famoso carnaval de Venecia fue suspendido dos días antes de su clausura.
También no acogen al público los lugares de interés más grandes de la región de Liguria, aunque allí todavía no fueron detectados casos del coronavirus, y en Génova están cerrados el Acuario y el palacio Ducal. Medidas similares se adoptaron en las regiones de Friuli-Venecia Julia y Trentino-Alto Adigio.
A su vez, el estudio de cine Paramount Pictures aplazó un rodaje de 'Misión Imposible 7' protagonizada por Tom Cruise, programado para Venecia "debido a la precaución por la seguridad y el bienestar del elenco y equipo".
Pérdidas
El coronavirus no pasa desapercibido para el turismo italiano.
Según el presidente de la asociación Assoturismo Confesercenti, Vittorio Messina, el brote de la enfermedad y las medidas para combatirlo ya provocaron la cancelación de un 50% de las reservas de viajes.
"La industria turística de Italia está sufriendo pérdidas muy importantes", afirmó Messina, al calificar de "muy emocional" la reacción de la gente al brote de COVID-19 en varias regiones del norte.
Incluso el mejor escenario apuntaba a que el número de visitantes chinos disminuiría en un 30% (1,6 millones de llegadas) y el de turistas procedentes de otros países, en un 6% (11,6 millones).
De momento, es difícil evaluar las pérdidas causadas por la enfermedad, y queda esperar que las medidas de las autoridades italianas permitan detener la propagación del coronavirus.