Sanin contó a Sputnik que es uruguaya, pero vivió durante 30 años en la Unión Soviética, hasta que en 1992 regresó a Montevideo, donde enseña el idioma ruso en el Centro Cultural Máximo Gorki.
El velero escuela Sedov está en Montevideo desde el viernes y zarpará este lunes, quienes quieran pueden visitarlo este sábado y domingo entre las 10.00 y las 19.00 hora local (13.00 y las 22.00 GMT).
Este barco tiene 117,5 metros de eslora y logra alcanzar una velocidad de casi 19 kilómetros por hora gracias a su motor auxiliar de 1.600 kilovatios para la navegación a vela.
Forma parte de la circunnavegación Las Velas de la Paz, en la que participan los veleros Sedov, Palada y Kruzenshtern, que está dedicada al 200 aniversario del descubrimiento de la Antártida y al 75 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Uno de los dos timones, hechos de madera y bronce y ubicados al medio de la embarcación, aún conserva la inscripción Magdalene Vinnen II.
Sin embargo, el nombre Sedov, pero escrito en ruso, también aparece gravado en varias piezas del barco.
Los dos timones y la campana que se encuentra en el medio de ellos, hecha en bronce y sostenida por dos esculturas con forma de pez, fueron la atracción de los visitantes este sábado, en especial de los niños que jugaron a ser capitanes por un día.
El idioma no fue un impedimento para que los padres uruguayos solicitaran a los cadetes si podían posar para una foto con sus hijos.
Es notoria la edad del barco por los materiales de construcción, sin embargo, está muy bien mantenido, según constató esta agencia en el recorrido y destacaron varios visitantes consultados por Sputnik.
"El barco me parece una belleza, es una belleza el mantenimiento que tiene, me hubiera gustado ver abiertas las velas para hacerme la idea de cómo es en altamar", dijo a esta agencia Delia, una señora mayor para quien no fue un impedimento visitar el Sedov, pese a que debe desplazarse con bastón.
El Sedov cuenta con cuatro mástiles que portan hasta 32 velas, que estaban plegadas al momento de la visita.
En todo el piso de madera del Sedov y, colgadas en los costados, hay gruesas cuerdas que sirven para izar las velas.
Vivir en el barco
El Sedov es un buque escuela en el que se instruyen 111 cadetes, contó a esta agencia Yaroslav, uno de ellos.
Este cadete fue uno de los pocos, consultados por Sputnik, que hablaba un inglés fluido.
"De ser un cadete me gusta, por supuesto, el mar y compartir con la gente que está en el barco, y la vida misma en el velero", confió Yaroslav.
Sin embargo, reconoció que el trabajo en la embarcación es "difícil, pero es muy bueno, porque ves muchos países, ciudades y muchas personas".
Yaroslav está estudiando para ser un ingeniero eléctrico.
En el Sedov los cadetes aprenden el funcionamiento de todos los aparatos abordo, de las máquinas, de las velas, la parte eléctrica, explicó el cadete.
El velero escuela volverá entre junio o julio a Rusia, y allí nuevos miembros de la tripulación embarcarán en el Sedov y partirá a Panamá y México.
El buque salió de Rusia el pasado 8 de diciembre, es decir que estará en altamar por unos siete meses.
La tripulación tiene una pequeña capilla la cual impacta al entrar debido a que prima el color dorado, dispone de varios cuadros con figuras de santos y dos santuarios pequeños donde hay velas disponibles para que los visitantes puedan encender.
Una uruguaya le dijo a su pequeño hijo si quería prender una vela, y juntos la dejaron encendida en el santuario, según indicó ella para que proteja a los cadetes en su regreso a Rusia.
Quienes visiten el Sedov no solo podrán llevarse de recuerdo las vivencias y las fotos, sino que también podrán comprar remeras, imanes y encendedores con la imagen del velero ruso en la tienda que está en el frente de la embarcación.
En ese lugar se escuchaba música rusa, los precios estaban en euros, pero se podía pagar en pesos uruguayos.