Escobar trajo estos animales de un zoológico de California a inicios de los años 1980 para que vivieran en su hacienda Nápoles. Después de la muerte de Escobar en 1993, lograron escapar y empezaron a multiplicarse activamente. Se convirtieron en mucho más activos sexualmente que sus primos en África debido a las condiciones ideales en Colombia, aguas poco profundas y ninguna sequía, explican los autores de un estudio dedicado a estos animales y publicado en la revista Ecology.
Investigadores de la Universidad de California en San Diego y la Universidad de Columbia pasaron dos años estudiando la calidad del agua y los microbiomas en lagos habitados por hipopótamos, y comparándolos con muestras de agua de lagos sin hipopótamos. Los hipopótamos son animales nocturnos que pastan y se refrescan en el agua durante el día. Resultó que la gran cantidad de desechos de hipopótamo cambia la composición química del agua y el nivel de oxígeno.
Los científicos han descubierto que las heces de hipopótamo contribuyen a la prosperidad de las algas y bacterias dañinas, lo que lleva a una floración problemática.
"Si trazas el crecimiento de su población, mostramos que tiende a ir exponencialmente hacia el cielo", advierte Jonathan Shurin de la Universidad de California en San Diego.
Hace varios años, las autoridades colombianas decidieron atrapar hipopótamos de uno en uno y esterilizarlos, pero esta idea fracasó por la cantidad de tiempo y esfuerzo que supone capturar a un hipopótamo, además de unos 25.000 dólares.