"En Perú han existido muchas poblaciones, tanto en la costa como en los Andes, en la ceja de selva (donde se ubica El Imperio) y en la propia floresta amazónica, donde los monumentos, como no hubo piedras, no han subsistido, pero fueron numerosos. Es injusto restringir la arqueología peruana a los Andes, pero entiendo que eso sucede porque a los operadores turísticos les conviene", dijo Ruiz, el primer arqueólogo local en realizar investigaciones in situ en la zona de Amazonas en la década de 1960, en particular en la ciudadela preinca de Kuélap.
"Algunos fragmentos de cerámica me indicaron que allí hubo tanto ocupación inca como de los antiguos luyas (cultura preinca), porque las estructuras rectangulares son típicas de los incas y los circulares son de tradición amazonense (los luyas)", refiere el arqueólogo.
A El Imperio se le suele asociar con la cultura preinca de Chachapoyas, que existió entre los años 800 al 1400 aproximadamente; sin embargo Ruiz precisa que esto es erróneo pues a lo largo de la cuenca del río Utcabamba, uno de los principales del departamento de Amazonas y zona de los chachapoyas, existieron también numerosos grupos humanos, entre los que estarían el de la cultura Luya, contemporáneos a los chachapoyas pero ubicados más al norte.
A El Imperio falta que se le intervenga para restaurarlo, pero con la medida del Gobierno se le pone a salvo al exigir que cualquier actividad económica del rubro minero o agropecuario, así como la construcción de cualquier estructura que pueda afectar su entorno deba ser aprobada por el Ministerio de Cultura.