Mediante este mecanismo se definieron las estructuras de funcionamiento, toma de decisiones y resolución de conflictos, al tiempo que constituyó al bloque como persona jurídica de derecho internacional.
Entre otras cosas, el Protocolo de Ouro Preto estableció el Arancel Externo Común (AEC). "Nos planteamos como meta ser una unión aduanera (...) los cuatro Estados toman decisiones consensuadas sobre la política exterior y sobre las relaciones que cada uno tiene con terceros países en materia de comercio internacional", ilustró la profesora de Integración Regional en la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet argentino.

El AEC fue el mecanismo que definió "como bloque la inserción en el sistema multilateral", remarcó Perrotta, quien explicó que "desde ese momento el AEC va del cero a 20%, donde cero se aplica a los productos en los que somos más competitivos y 20% a los que somos menos competitivos o queremos defender".
"Ya los países no van a decidir solos sino que van a tener un arancel para intercambios con terceros", enfatizó la académica.
Un candado perforado
"Cuando se establece el AEC hay algunos productos que comienzan a ser exceptuados, que van a formar parte de listas que presentan los países para protegerlos, como el caso del azúcar", indicó Perrotta.
En este sentido, indicó por qué en la última cumbre presidencial del bloque, a principios de diciembre de Brasil, el mandatario anfitrión planteó la necesidad de reducir el AEC.
"Bolsonaro retoma la discusión porque a finales de los 90, cuando se discutía el ALCA (Tratado de Libre Comercio de las Américas, impulsado por EEUU) los países del Mercosur, aun con una ideología proclive al libre mercado, adoptaron una norma muy importante que les impide firmar TLC de manera unilateral", ilustró la experta.
Si bien ahora fue Bolsonaro el que puso el tema sobre la mesa, el expresidente argentino Mauricio Macri y el actual de Uruguay, Tabaré Vázquez, también han reclamado mayor flexibilidad del bloque para, en el último caso, firmar un TLC con China.
Sin embargo dejó una ventana abierta: "A veces la política nos da sorpresas y cuando uno no se lo espera se empiezan a discutir cuestiones que estaban vedadas. Me parece que durante la época de 'gobiernos progresistas' algunos temas permanecieron tabú, como la reforma internacional, la necesidad de flexibilización también".