De acuerdo con el medio estadounidense The Washington Post, en su reciente investigación conjunta con Stanford Internet Observatory, Rusia lleva a cabo operaciones de influencia con varios objetivos geopolíticos.
El foro económico Rusia-África
A finales de octubre, tuvieron lugar en Sochi (Rusia) la cumbre y el foro económico Rusia-África. Allí, Moscú les perdonó a los países africanos deudas que sumaban unos 20.000 millones de dólares en conjunto de la época soviética, pero también firmó importantes acuerdos por un valor de unos 12.500 millones de dólares.
Los contratos no se limitan exclusivamente a las armas y los productos agrícolas: el mayor número se firmó en el ámbito de la exportación y la actividad económica extranjera, la cooperación internacional, las altas tecnologías, el transporte y logística, la minería y exploración, la inversión y banca.
Quién puede ayudar a África contra el yihadismo y contrabando
África desde siempre ha tenido graves problemas a la hora de construir instituciones de Estado, de acuerdo con el columnista de Sputnik Serguéi Savchuk.
En los últimos años, además de los conflictos puramente nacionales, el continente se ha visto cada vez más abrumado por una ola de islamismo radical, continúa.
Por ejemplo, según las estimaciones de Reuters, solo en el 2016 unas 446 toneladas de oro por un valor de 15.000 millones de dólares fueron contrabandeadas desde Tanzania, Zambia y Ghana. El metal se vende de forma ilegal a los Emiratos Árabes Unidos en grandes cantidades.
A ningún Gobierno le gusta perder sumas exorbitantes a manos de yihadistas y otros criminales, pero no son capaces de solucionar el problema por sí solos y es aquí donde entra Rusia en el juego.
En un momento dado, en la República Centroafricana había zonas enteras controladas por combatientes insurgentes que se dedicaban a la extracción ilegal masiva de diamantes. Las autoridades del país reconocieron que necesitaban ayuda y al darse cuenta de la negativa experiencia de cooperación con Occidente recurrieron a los rusos.
Los rusos lograron en corto tiempo entrenar a las tropas y la Policía local, luego de que se trasladaron a regiones no controladas por el Gobierno para convencer a los rebeldes de que les resultaría mucho más beneficioso colaborar con la autoridad central.
Naturalmente, la ayuda no era gratuita, pero los rusos no siguieron el camino europeo-estadounidense de sacar recursos sin dejar nada. En la misma República Centroafricana, después de ayudar con el problema de los islamistas y otros combatientes, las empresas rusas consiguieron abrir una emisora de radio, construir varios hospitales y refugios para los pobres e incluso financiar un campeonato de fútbol local.
"Este resultado no pasó desapercibido, tanto dentro como fuera de África y parece ser la razón del increíble interés mostrado por los demás países africanos hacia Rusia. También justifica la atención a la actividad de Rusia en África mostrada por los principales países occidentales. Después de acostumbrarse a extraer recursos en medio del caos por medio siglo, no pueden dar la bienvenida a un nuevo actor que ofrezca al continente un servicio alternativo de orden y seguridad", concluye el columnista.